Comparto la entrevista que me ha realizado @Cristina Monteoliva, Gerente del blog «La orilla de las letras», donde desvelo mucho más de lo que hubiese querido, pero ya me conocéis, cuando me pongo a exteriorizar mis pensamientos más profundos
, puede pasar de todo. Como no podía ser de otra manera, he estado en tu página web, www.mariaserralba.com, antes de preparar esta entrevista. En ella cuentas que de niña leías novelas de Enid Blyton. ¿Qué te atraía entonces de aquellas obras?
De aquellas obras me atraía todo. Su forma de describir los paisajes donde se ubicaba el colegio Torres de Malory, lo hacía tan real que incluso lo veía en mi mente como si estuviese allí mismo. Recuerdo la escena de la piscina natural, cuyas aguas confluían, en parte, de la mar, esa era de mis favoritas; o las travesuras de las alumnas, similares a las que estaba experimentando en aquel tiempo durante mi período escolar. La evolución de la conducta en cada una de ellas, las estrictas normas de los profesores, en fin, me sentía identificada y a la par, me servía de entretenimiento.
¿Recuerdas otros autores que te interesaran?
La verdad es que nunca he querido tener un autor favorito, siempre me he dejado llevar más bien por “mi corriente” y no precisamente por la tendencia que marcase el mercado editorial, aunque la literatura anglosajona siempre ha sido para mí una de las predilectas. Desde Julio Verne, Edgar Allan Poe, A. Núñez Alonso, Javier Moro, Jean Austen, García Lorca, Miguel Hernández, Agatha Cristie, Javier Sierra, Emily Bronté, Ken Follett, Rosalía de Castro, Gabriel García Márquez, Haruki Murakami, Rosamunde Pilcher y así, un larguísimo etcétera. Muchos de los que hoy considero mis “compañeros de letras” —una presunción por mi parte—, también entran en mi registro de presentes o futuras lecturas.
Como lectora ya adulta, ¿qué debe tener un libro para que lo consideres bueno y atractivo?
Cada lector nos regimos por un proceso selectivo. En mi caso, empleo mucho el de los cinco sentidos: vista (que me llame su portada); oído (el boca-oído de lectores, medios de comunicación, RRSS o conocidos, aunque no me dejo influir al ciento por ciento por ello); tacto (sopesar la novela con mis manos y ver la calidad en el trabajo, tanto de diseño de portada, maquetación, encuadernación, etc.); olfato (que huela a imprenta de antaño, me encanta ese olor) y gusto, ¡tranquilos! que no me los como antes de comprarlos, el gusto al que me refiero es con el que el autor ha envuelto todo el proceso de transición creativa de la obra, desde que es a penas un boceto, hasta llegar a las manos del lector.
¿Cuándo comenzaste a interesarte por el mundo de la escritura?
Siempre he realizado algunos bosquejos, aunque solía hacerlos en la escuela, a modo de redacciones, o bien, poesías breves y desgarradoras, las típicas que suelen hacer los adolescentes en edad enamoradiza. Pero el momento decisivo fue a raíz del fallecimiento de mi madre. Aquel hecho tuvo en mi tal impacto, que “descorchó”, por así decirlo, mi canal creativo y empezaron a fluir las historias. Podría decirse que entré en un semi trance literario, no cesé de escribir durante varios meses y cuando al fin paré, me di cuenta no solo de que había escrito varios borradores para futuras novelas, sino que aquello en realidad había supuesto mi periodo de duelo, y resultó ser muy revelador.
¿Qué recuerdas de tus primeros escritos?
Los flujos incesantes de historias. Los desatinos atemporales en las descripciones de mis personajes. Las interminables correcciones. El anhelo de poder publicar algún día y que alguien me leyese y, sobre todo, la incesante búsqueda de la perfección en todo lo que hacía.
¿Dónde encuentras la inspiración?
En todas partes, pero donde más confluye en cuando me dedico a observar y escuchar a los demás. El verme rodeada de “humanidad” refuerza mi caudal narrativo de expresiones asonantes, curiosas, maliciosas y dignas de plasmarse en alguna de mis historias.
¿Crees que te ha cambiado la pandemia como escritora?
Por completo. A pesar de que una parte de mí, la que considero la matriz de mi esencia como escritora, se mantiene intacta y es la que me nutre para ponerme cada día a realizar dicha tarea, a la par se ha creado una nueva envoltura que cubre a esta dotándola de otro enfoque mucho más analítico, exigente, reflexivo y tenaz. Una coexiste con la otra a la perfección. He observado que esta nueva etapa de mi vida, por no decir de mi trayectoria literaria, es más sólida. Ya no tengo como meta publicar por el simple hecho de tener mis novelas en el mercado editorial, o pensar que cuantas más mejor, lo que busco ahora es satisfacer al lector con una trama que le impacte, que le haga reflexionar y, si además, le divierte, abstrae y seduje, mejor que mejor.
Eres, ante todo, una autora solidaria. ¿De dónde nace esa necesidad de ayudar a los demás con tus escritos? ¿Podríamos decir que es algo que venga marcado por un hecho concreto?
Cierto. Quién me conoce, sabe que siempre he intentado ayudar a otras personas, y me he dado cuenta qué la palabra “coach”, nunca ha sido nueva para mi. Cuando arranqué con el tema literario, recuerdo que, en algunas presentaciones o firmas de libros, al finalizar me decían: “María, hemos venido a que nos hablaras de tu libro y resulta que has terminado hablándonos de otro tema”, y era cierto, la razón, porque ante mí igual encontraba a alguna persona que en ese instante necesitaba escuchar esas palabras, así pues “la escritora” pasaba a un segundo plano y la que interactuaba con el público era “la coach”. Pero eso no puede hacerse de continúo y menos, cuando lo que pretendes es que tu obra sea conocida, así pues, terminé integrando en mis historias esa parte de mí y la cosa funcionó. Tras ese cambio se creó un flujo de apoyo solidario entre mis lectores y yo, el cual procuro mantener.
Has escrito novela, poesía, ensayo y relato. ¿Qué terreno literario crees que te falta por explorar?
Pues ciertamente no sé que responder. Creo que la persona que tiene la posibilidad de expresar sus sentimientos con palabras siempre puede adaptar su habilidad a la partitura que le apetezca, todo es cuestión de método y forma. Aunque tu pregunta me ha suscitado una gran incógnita. ¿Qué género les gustaría a mis lectores que escribiese? Sería cuestión de consultárselo a ellos ya que, como dice mi Lei Motiv: «Vivo para escribir, y escribo para ti».
Háblanos del Proyecto María Serralba.
Proyecto María Serralba surgió de la nada, como tantas cosas en la vida que cobran fuerza por el empeño y la ayuda de un colectivo. Mi deseo era ayudar a personas con problemas, ya fuesen de índole económico o de salud, y el primer objetivo se puso ante mí a la par que iniciaba mi andadura literaria con la primera novela “A la sombra de tu piel”. La línea estaba marcada, en aquel momento se trataba de una niña con hipoxia cerebral, así que continué y sigo en ello y procurando colaborar con las EERR y la infancia carente de los apoyos clínicos y terapéuticos necesarios, para mejorar su calidad de vida.
¿Y qué es el proyecto T.E.C.A.?
Proyecto T.E.C.A. fue un espejismo. Lo cree en un período estival porque literalmente estaba de vacaciones en lo concerniente al tema creativo, necesitaba un incentivo que me hiciese arrancar nuevamente mis neuronas y fue cuando observe que dentro del ámbito social existía una gran laguna educativa que abarcaba a los mayores de 65 años, así que recapitulé cuales eran las carencias y cree el Taller de Escritura Creativa Autodidacta (T.E.C.A.), que terminó siendo un método de enseñanza educativa, dijéramos tardía, en los centros comunitarios de la Comunidad Valenciana, aunque principalmente la ejercí en mi localidad. Aprendizaje en lo referente a la escritura, lectura, ortografía fueron varios de sus apéndices, pero también la detección precoz de problemas cognitivos y la inserción social de adultos desubicados por su situación familiar y personal.
Con tu última novela Da tiempo al amor ayudas a niños con cáncer y enfermedades raras. Se trata de una historia romántica, pero, ¿qué más puedes contar de ella?
Da tiempo al amor la escribí en el 2006. Fue una de esas historias que sabes desde el inicio que tienes que escribir, sean publicadas o no. Como siempre hago, en esta también me dejé llevar por el deseo de sus personajes, y me encontré envuelta en una espiral de situaciones de las que no me resultó nada fácil desligarme y tomar de nuevo el roll de escritor, en lugar de narrador omnisciente, tanto es así que la presenté a mi agente literario y me aconsejó, en aquel entonces, que la dejásemos dormir hasta que la demanda del mercado la sacase de su letargo.
¿Cuánto tiempo has tardado en escribir esta novela?
Escribirla no me llevó mucho tiempo. Una vez mis pensamientos cobran fuerza, la historia pide a gritos ser escrita y ello puede ocuparme un mes o dos como mucho hasta que la ves reflejada en un borrador, lo más complicado fue “ordenar” literalmente la secuencia de los acontecimientos, ya que cuando leí el primer borrador, yo sí lo entendía, pero… ¿y los demás? Así que empleé un método que nunca falla y es dárselo a otras personas, y fue entonces cuando obtuve la respuesta que me temía: “María, tu novela tiene la estructura de un inofensivo caracol hasta que lo conoces más de cerca”, y era cierto, hasta que te la llevabas a casa y empezabas a seguir cada línea narrativa de su caparazón, cada vez más sinuosa e intrincada, no sabías en verdad lo que se te venía encima. Así que me encantó.
¿Qué esperas que encuentren los lectores en ella?
Sobre todo, desconexión. El poder abstraerse durante un tiempo de su entorno ya me complacería. Por otra parte, empatía. Hay muchas tramas englobadas en una principal; sin embargo, todas cobran fuerza a su manera, el que empaticen con alguno de los personajes también es un acicate para el escritor, pero eso solo lo sabemos cuando recibimos sus comentarios, sean del cariz que sean, yo siempre digo que el escritor se debe a sus lectores, por consiguiente, ha de prestarles atención porque ellos son los que nos ayudan a mejorar e inclinar la balanza-temática hacia donde puede existir nuevas posibilidades para un próximo trabajo.
¿Te gustaría añadir algo más antes de terminar esta entrevista?
A los lectores, ya sean seguidores de tu blog, míos, o curiosos de saber qué opina una escritora como yo, les pediría, que den tiempo a las historias a que cobren fuerza, que no se limiten a valorar una novela por sus primeras páginas, que se pongan en la piel del escritor y que piensen el porqué ha querido este que tuviese dicha estructura. Quizá esté pidiendo demasiado, pero creo que ellos me entienden a la perfección.
Y a ti, Cristina, agradecerte la oportunidad que me has brindado con esta entrevista para que me conozcan un poco más, tanto a nivel literario como personal. Ha sido un verdadero placer.