DA TIEMPO AL AMOR "Novedad"

DA TIEMPO AL AMOR  "Novedad"
TAMBIÉN DISPONIBLE EN AMAZÓN

viernes, 13 de septiembre de 2013

On 8:44:00 by MARÍA SERRALBA in    Sin comentarios


Capítulo 4º
 

Saliendo del bar con Derek y Scoot, nos fuimos directos a la universidad. La gente estaba fuera del recinto charlando, fumando y hasta molestando a la gente en broma. En ese momento escuché como si una voz me llamara. 


¡Justin! – Me di la vuelta, girando sobre mis talones para ver a Jasmine que venía hacia mí. Pasé mi mirada de arriba abajo por todo su cuerpo y sin poder evitarlo, me mordí el labio inferior.

—Hola Shawty –gruñí sensualmente muy cerca de su boca. Ella sonrió poniendo sus brazos alrededor de mi cuello mientras que yo ponía los míos en su pequeña cintura atrayéndola más a mí. 

¿Cómo estás, bebe? ¿Me echabas de menos? – rio coquetamente y al instante me beso  de forma salvaje. Mientras lo hacía aproveché para relamer con mi lengua toda su cavidad bucal y retorcerla con la suya. 
A los pocos segundos me separe de ella y la mire fijamente.
 
—Lo que extraño es tenerte en mi cama, ya sabes… El sexo contigo es tan salvaje... –le sonreí de forma picara. 

Pues esta noche voy a tu casa y hacemos lo que quieras –me respondió guiñándome un ojo y separándose de mí. Asentí con mi cabeza y mire como ella iba moviendo sus caderas sugerentemente-. ¡Adiós!, chicos -grito dándose la vuelta nuevamente para seguir su camino.
—¡Adiós!, Jasmine –le gritaron los otros mirando fijamente su culo. Seguí su mirada y volví a morderme el labio. 
“Las chicas son mi perdición”, sonreí interiormente.
—¡Santa mierda! Jasmine es tan caliente…. –exclamó Scoot tras lanzar un gran suspiro–. Y esas curvas, ¡ummm!, esas curvas me ponen que no veas -susurró a lo que yo reí a carcajadas. 
—Tienes razón, tío, está muy buena, pero no tiene ni pizca de cerebro. -Comencé a andar hacia el interior de la universidad. 
—¡Oh!, vamos, Bro, como si te hiciera falta su cerebro para follar –replicó Derek dándome un codazo.
—Lo único que quiero de ella es escucharla gritar y gemir mi nombre. –Una sonrisa cínica se formó en mi rostro y no puede reprimir una pequeña risa.

—Vale, no necesitábamos ese dato –Scoot hizo una mueca rara, a la que yo respondí riéndome de nuevo. 
Oye, men, ya nos puedes dejar chicas para nosotros, Bieber. Que yo y Scoot también queremos. 

No, gracias, yo paso de vuestros rollos, tío – respondió Scoot quitándose las gafas de sol. 
No me jodas que sigues con eso de buscar el amor –le susurré tirando el cigarrillo al suelo y restregándolo con el pie, antes de abrir la puerta para pasar al interior de la universidad-. ¡Ah!, yo te quiero, Jeeennifer –le dije con voz repipi acercándome más a Derek.

—Y yo a ti, Scoot, te amo taaanto –dijo Derek siguiéndome el juego. En ese mismo momento empezamos a reírnos, inclusive Scoot. 
—Sois demasiado idiotas –dijo Scoot empujándonos-. Algún día, cuando menos os lo esperéis, el amor llamará a vuestra puerta. Sobre todo a la tuya, Bieber –sonrió, y en ese instante comencé a carcajearme. 

No bromees tío, yo no creo en el amor y no soy de enamorarme –me descojoné en su cara. Cruzando por el pasillo a la derecha vi a alguien sentada en el suelo que estaba recogiendo algo que se le había caído. 
Cuanto más me acercaba, más clara se hacía la imagen de la persona en cuestión. 

Vaya, vaya… que pequeño es el mundo, ¿verdad feucha? –La chica levantó la mirada mientras metía en su carpeta unos papeles. 
—Bueno, bueno, pero mira a quien tenemos de vuelta, al idiota y su pandilla –susurró ella con fastidio, intentando pasar por delante de mí. 

Que fiera –rió Derek al lado mío.
—¡Oh!, vamos, me han dicho cosas peores, fea –sonreí mirándola. 

—Entonces, si te han llamado cosas peores, no entiendo porque todo el mundo está detrás de tu apestoso culo. 
—Será porque les gusta que les folle duro –susurré en su oído. Me separé lentamente de ella para verla con su cara ruborizada y con los ojos abiertos en estado de shock. 

Me das asco –dicho esto, se fue dejándonos a mí y a los chicos allí de pie. 
Luego de verla marchar, bajé mi vista y me di cuenta de un papel que había dejado en el suelo y me agaché enseguida a recogerlo.
 
“Vaya con la cerebrito”. –Pensé leyendo el papel que tenía entre las manos.

—¿Qué es eso, tío? –dijo Scoot pasando su brazo por encima de mi hombro. En lugar de compartir, me guardé el papel rápidamente en el bolsillo antes de que pudiera verlo. 
—Nada que te importe, anda, vamos –los empujé a ambos hasta clase. 

“Ya te tengo donde yo quería, gatita.”
PENSAMIENTOS DE MARIE
“No me puedo creer que tenga que aguantar a un gilipollas como ese”, me dije mentalmente yendo a clase de Literatura Universal. 
Abrí la puerta de clase. Viendo que no había nadie, subí las escaleras que llevaban a los asientos. Me senté en uno, ni muy cerca, ni muy lejos de la mesa del profesor. Saqué de mi mochila el archivador y el ordenador, dejándolo en la mesa preparado. 
Como aún quedaban poco más de 10 minutos, encendí el portátil y entre en mi correo. 
Tiene un nuevo mensaje 
Ese mensaje parpadeaba incesantemente en la bandeja de entrada de mi correo. Arrastre el ratón hasta darle clic en el mensaje.
De: Doctora Gómez
Para: Marie Portman
Mensaje:

Señorita Portman, como nos indicó que le informáramos semanalmente de la evolución de su hermano con el tratamiento, me gustaría hablar con usted, aunque también comentarle a cerca de unos problemas que han surgido sobre el pago de las facturas del centro. ¿Podríamos quedar hoy a las 18:30h en mi despacho?
Espero su respuesta lo antes posible.

Atentamente 
Doctora Elisabeth Gómez
Directora/Psicóloga del centro de rehabilitación DOGE

Cerré el mensaje mientras lágrimas rebeldes salían de mis ojos. 
“Yo soy la mayor, tenía que cuidar de Connor y Brooke.” Me martiricé a mí misma limpiándome las lágrimas a la vez que le daba a responder los mensajes.

De: Marie Portman
Para: Doctora Gomez
Mensaje: Doctora, entiendo perfectamente lo que me dice y estaré encantada de hablar con usted.
Hasta esta tarde.



Atentamente.

Marie Portman

 
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sábado, 7 de septiembre de 2013

On 20:57:00 by MARÍA SERRALBA in    Sin comentarios
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[O.o]
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--”–”-- Este mes me he visto asaltada por sucesos de lo más extraños. Algunos de mis amigos me han visto como el mítico grillo japonés, el mismo que en la dinastía Tang (618-907) era cuidado por las concubinas imperiales que solían tenerlos encerrados en pequeñas jaulas de oro colocadas junto a su cama y se dormían escuchando su canto durante toda la noche.


Para mí no creo que haya jaula de oro, lo que sí hay es mucha ilusión por los proyectos encargados. Quien sabe, pero igual, en mi caso, mi imaginación es luz que ilumina el camino para que mis amigos puedan llevar a cabo sus gestiones más ambiciosas, la última, inspirar a un constructor de hogueras muy reconocido de Alicante. Tomando prestadas sus palabras, mi amigo X dice, que cuando lee mis escritos ofreciendo ideas y reflexiones relacionadas con la idea inicial de lo que él le gustaría transmitir con figuras, le inspira hasta tal punto, que hace que sus manos ansíen empezar a modelar el barro y tras él, convertir esas bellas escenas en un precioso monumento de madera y cartón. Querido amigo X, como se que me estás leyendo tan solo quiero decirte, que tu encargo lo iniciaré esta misma noche, cuando la oscuridad se haga cómplice de los duendes como yo, y permite a un ser mortal convertirse en un mítico grillo de jaula dorada.
Foto  perteneciente a un artículo de Planeta Curioso.com

 

On 18:23:00 by MARÍA SERRALBA in ,    Sin comentarios
Una no tiene todos los días la oportunidad de vivir una experiencia "zen" y menos, si esta se desarrolla mientras va de compras, sin embargo yo sí la he tenido esta mañana. Permitidme que os la cuente tal como se ha desarrollado.
Siguiendo la comitiva de amas de casa, jóvenes independizados, personas de tercera edad y un largo etc. de seres de todas las razas y estamentos sociales, me he unido a esa "peregrinación" cotidiana que consiste en acudir con el temido carritos rompe tobillos, al Mercado Central.
Las gotas de lluvia amenazaban la adherencia del trazado -dirían los entendidos en la F1-, lo cual hacía doblemente peligroso el tránsito a lo ancho y largo de una de las arterias principales de mi ciudad como es la Avda. de Alfonso X El Sabio.
Salvado ese primer obstáculo y repitiendo mentalmente la lista de la compra que me había confeccionado para toda la semana, a sabiendas que una vez en casa algo se me quedaría en el tintero, me he adentrado en el recinto llamado Mercado Central y, sin poder evitarlo, he empleado unos minutos en cambiar el chip de ama de casa por otro de turista y tomar algunas instantáneas, entre ellas, la de la cúpula que os ofrezco.
El Mercado Central o también llamado de abastos, es un edificio que ha sufrido sobre sus cimientos las consecuencias de una España en guerra pero también, ha sido punto de encuentro de familiares y amigos cuando se escuchaban las sirenas indicando que, de nuevo, la ciudad sería bombardeada y allí había refugios donde guarecerse para salvaguardar las vidas. Ahora, sin embargo, el sentimiento de acudir a este bello edificio es bien distinto. La necesidad de llenar nuestras despensas de alimentos frescos y saludables, y la variada oferta que ofrecen las decenas de puestos en su interior, con productos comestibles, lo hacen un lugar social que vale la pena visitar, es más, este tipo de visitas te dan muchas pistas a cerca de como son las gentes de una ciudad o de un pueblo.


Mi desplazamiento rectilíneo por sus calles pavimentadas y repletas de colorido y olores; con sus productos perfectamente remontados en forma de pirámide, o sus gavetas de pescado decorado con ramas de perejil frescas, me han hecho recordar bellos lugares tanto de la geografía española como de otros países, y paso a paso, al fin he llegado a uno de mis destinos, un puesto especializado en carnes. Os hago una breve reseña de la panorámica del lugar para que os situéis: dos puestos comunicados atendidos por tres dependientes, todos ellos de cierta edad -dos hombre y una mujer-. Ellos, con delantal oscuro y poco preocupados de su aspecto, sino más bien de que el cliente se quedase contento con el género ofrecido, y de reponer los escaparates acristalados tras los cuales, se ofrecía en tonalidades rojizas y rosáceas, piezas y piezas de suculenta carne, rollizos pollos y ristras de salchichas de todas las formas y colores. Ella, con delantal blanco almidonado y ribeteado de puntillas; pintada para ir a la ópera más que para estar vendiendo carne, y con medio bote de fijador en la cabeza que hacía imposible que se le deformase el peinado durante la acción en caso de que entrara un huracán al recinto.
Hasta ahí bien, pensé, es más, me llamaba poderosamente la atención el mimo con que trataba cada pieza de carne que cortaba, pasándola al peso, depositándola sobre el papel para entregársela luego al cliente, y tomando un paño húmedo para limpiar de cualquier rastro sanguinolento, tanto la herramienta de corte como la tabla donde había efectuado dicha acción. Uno, dos, tres, cuatro filetes, todos con la misma pulcritud, precisión y... con la misma lentitud, en ese instante fue cuando una rápida vista a mi alrededor me dio la lectura que suponía.
Las personas que esperaban su turno delante mía, empezaban ya a resoplar; otros, miraban inquietos sus relojes de muñeca y algunos, incluso empezaban a otear puestos cercanos en busca de una alternativa, pero yo decidí concederle a la buena señora unos minutos más de margen, así que inicié mi cuenta hasta diez y parece que, de momento, la acuciante ansiedad que empezaba a amenazarme se disipó. "Tranquila, que ya falta menos para que te toque", ese fue el mensaje que envié a mi mente para soportar aquel calvario y he de confesaros que me ayudó a aguantar un poco más, pero, de repente, la dependienta habló.
-¿Desea alguna cosa más? -le dijo a la clienta que tenía ante ella.
-Pues sí, ahora me pones un pollo de corral.
-¿Cómo lo quiere? -le consultó, empezando a afilar tranquilamente un cuchillo de exageradas dimensiones.
-Pues.... -tres minutos de indecisión de la clienta-, me lo vas a hacer en cuartos. Los traseros, me los dejas enteros y los delanteros, me separas la carcasa y me haces las pechugas en dos, una fileteada y la otra de libro, ¡ah!, por cierto, y me quitas la cabeza, los restos grasos y la piel de todo.
Al escuchar aquella respuesta procedente de la cliente, creí morir. Al instante, la mitad de los que esperaban como yo, ya habían tomado su decisión, es decir, marcharse a otro puesto que sirviesen con más celeridad, así que por "eliminación", me sorprendió comprobar que tras aquella señora ya tocaba mi turno. "¡Dios!, que dilema, ¿debo quedarme o marcharme?"-me pregunté. Una mirada directa y cejijunta de su compañero carnicero, me obligó a sostener mi postura y pensar que igual, si me marchaba, ese hombre era capaz de tirarme un conejo a la cabeza si me decidía a dejar sola a su compañera, así que allí estaba yo, en pie, contemplando embelesada, como el paso del tiempo parecía no importarle a la buena señora dependienta, que contorsionaba suavemente la muñeca empuñando la afilada hacha con la que iniciaba un corte preciso sobre el cadavérico cuello del pollo de corral. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, .... decidí seguí contando, aunque en esta ocasión, he de confesaros que no tuve más remedio que ayudarme de una profunda inspiración y expiración, y de volatilizar mi mente a otro capítulo de mi nueva novela.
Así es como viví mi "momento zen", contemplando el despiece de un pollo de corral en lugar de estar admirando un estanque de nenúfares y mientras, en el exterior, la lluvia se encargaba de purificar la ciudad ajena de lo que sucedía allí dentro.

jueves, 5 de septiembre de 2013

On 19:38:00 by MARÍA SERRALBA in , ,    Sin comentarios
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--”–”-- Me encontraba anotando en mi AGENDA los eventos del mes de Octubre, cuando de repente he recibido la invitación de un buena amigo escritor de Yecla, Pedro Ortuño Ibáñez, para que el próximo 5 de Octubre esté presente en la presentación de su libro "Las Hijas del Eclipse" que tendrá lugar a las 19:30h. en el Salón de Actos de la Casa de Cultura de dicha localidad. Esta circunstancia es totalmente nueva para mí, pero me hace mucha ilusión, así que asistiré de "madrina literaria", aunque ya me ha advertido de que cuando llegue mi turno de tomar la palabra, solo contaré con 3 minutos; como se nota que me conoces bien Pedro.... ja, ja, ja.
Por cierto, me he olvidado deciros que Pedro, es uno de los amigos lectores de A LA SOMBRA DE TU PIEL y a continuación os incluyo lo que me ha dicho referente a mi novela una vez terminada de leer.
<Tu obra "A la sombra de tu piel" me dejó prendado. Sobre todo ese desenlace inesperado que me dejó tan buen sabor de boca >.
Me alegro amigo Pedro que te gustase, ahora es tu turno de dejarnos a todos prendados no solo con tu obra, sino también con tu locuaz ingenio.

sábado, 31 de agosto de 2013

On 17:30:00 by MARÍA SERRALBA in    Sin comentarios
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--”–”-- Ahora mismo estoy temblando de los pies a la cabeza debido a la emoción. Acabo de recibir de mi editor el primer boceto de la portada de EL DIOS DEL FARO y es preciosa. ¿Cómo decís?, ¿qué os la enseñe? No, no, de eso nada, monada....ja, ja, ja, lo siento, todavía no os la puedo mostrar aunque ya queda muy poquito para que la veáis.

«La fuerza inagotable que anida en mi interior, es la fuente de la que se nutre mi perseverancia por ver hecho realidad mi único deseo». Leimotiv de ©María Serralba

«Todo en la vida se puede llegar a lograr, tan solo es cuestión de TIEMPO, de DESEO, de ESFUERZO y siempre dotándolo con una generosa dosis de mucho AMOR». Da tiempo al Amor ©María Serralba

«Cuando la mente y el cuerpo están en perfecta sintonía, el ser humano es capaz de todo, y cuando esto no es así entonces... se puede esperar cualquier cosa de él». A la sombra de tu piel ©María Serralba

«En un mundo donde todo es sentimiento el sexo que tenga este carecerá de importancia». El Dios del faro ©María Serralba

«Todo el que se ensalza será humillado y el que se humille será ensalzado...». La estrella púrpura ©María Serralba

«Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro a mitad del camino». ©Sigmud Freud

«Sin los escritores, aun los actos más laudables son de un día». ©José Augusto Trinidad Martínez (Azorín)

«Un autor de historias fingidas escribe el libro que quiere leer y que no encuentra en ninguna parte». ©Augusto Roa Bastos

«Existe una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad o la energía atómica y es, la voluntad». ©Albert Einstein

«Las personas solo cambiamos de verdad, cuando nos damos cuenta de las consecuencias de no hacerlo». ©Mario Alonso Puig