Mostrando entradas con la etiqueta T.E.C.A.. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta T.E.C.A.. Mostrar todas las entradas
domingo, 4 de junio de 2017
On 23:00:00 by María Serralba in Coachin Literario, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural, Ventana solidaria Sin comentarios
Permitir que como mujer opine sobre la Violencia
de Género en este espacio privilegiado donde se fusiona arte, proyectos,
ilusión e ideas, lo considero todo un honor, aunque no creo ser la más idónea
para expresarme sobre ello, ya que por suerte, no he vivido tal experiencia,
pero me encuentro en una etapa de mi vida en la que sí he dedicado mucho tiempo
a escuchar confidencias de otras
mujeres, y puedo decir con pleno conocimiento de causa, que todavía tenemos
muchos pasos que andar en la malograda lucha en pro de los Derechos Humanos en
general y de la Violencia de Género, en particular.
No concibo cómo podemos dormir tranquilos cada día, a pesar de escuchar las
atrocidades que se cometen a diario, no solo en nuestro país, sino en todo el
mundo, contra el sexo femenino de manos de sus respectivas parejas. ¿Nos estamos
inhumanizando? Quizá así sea. El constante y variado bombardeo de noticias
ofrecidas por los propios medios de comunicación nos provoca el llamado “efecto
tortuga”, es decir, generar sobre nosotros mismos y lo más grave, sobre
nuestras conciencias (quien la tenga), un grueso caparazón por el que nos
resbala todo, y cuando digo TODO me estoy refiriendo a los sucesos de bullying,
atracos, catástrofes, corrupción, desahucios y, como no, en este mismo pack
también estarían incluidas las víctimas de Violencia
de Genero. Como contrapunto a tal apatía, es triste ver cómo nos
escandalizamos cuando nos llegan los incrementos en las cuotas de las facturas
de la luz, del gas, etc., entonces SÍ somos capaces de presentar todos los
escritos o realizar todas las llamadas de quejas posibles, en tal de que nos
consideren una bonificación. ¡Pero en qué mundo estamos viviendo, señores!
A bote pronto, ¿alguno de ustedes sabría decirme, en este mismo instante,
cuantas mujeres han sido asesinadas, maltratadas o vejadas ya sea física o
psicológicamente en lo que llevamos de año? No, cierto. Pues ahí tienen la
respuesta. Nadie tiene consciencia de ello por qué este holocausto que viene sucediéndose
desde hace siglos, es ya lo cotidiano, y lo tomamos con la misma naturalidad
que empleamos al consultar los mensajes en nuestros móviles, pero tengan en
cuenta que esas posibles víctimas no andan muy lejos de ustedes, hoy en día
puede ser cualquiera, una vecina, una hermana, una hija, incluso usted misma.
Foto: ©Rafa Arjones |
«¿Cuánto hay que sufrir por amor?».
¿Cuánto hay que sufrir por amor?, podría ser mi próxima pregunta, y estoy
segura que todos ustedes responderían al unísono que para amar no hay que
sufrir, y eso sería lo correcto, siempre y cuando no volviésemos a recordar lo
dicho anteriormente, ni repasar las cifras espeluznantes que nos ofrece cada
año los Cuerpos de Seguridad del Estado y organismos oficiales.
Ahora que están tan de moda los reality show, ¿usted se prestaría a ponerse
en el papel de una de ellas y vivir, aunque fuese solo por un día, su
experiencia vital? Estoy segura que su respuesta volvería a ser un NO rotundo, pero
a ellas nadie les ha pedido su opinión, nadie les ha advertido de lo que
pasaría, nadie les ha dado a elegir, son víctimas de la confianza, del amor,
del terror, del abuso, y cada vez son más numerosos los casos donde ha habido
denuncia previa, donde se ha llegado a considerar por parte de la justicia
competente, una orden de alejamiento para el agresor, y donde se ha terminado por
identificar a la víctima, como una de esas valientes que se atrevieron a
denunciar su caso.
Las víctimas de Violencia de Género
son seres humanos con sentimientos e ilusiones como el que más, así que debe
resultar devastador el saber que, tras entregar lo más preciado que uno tiene,
que lo ha atesorado y alimentado en su corazón para poder dárselo generosamente
a otro ser, con ilusión, con confianza y esperanza, el único pago que va a
recibir sea una bofetada, en el mejor de los casos.
«¿Cuántas violencias de género crees conocer?»
Por lo general solemos
relacionar dichas palabras a las agresiones físicas: moratones, cortes, etc.,
sin embargo, también las hay silenciosas y constantes, las que no se ven y van
minando la mente día tras día, me refiero a las agresiones psíquicas. Miles de
mujeres las han sufrido estoicamente cuando, ya sean sus padres, tutores e
incluso mujeres adultas de su entorno, les han condicionado su intelecto y su
vida diciéndoles una y mil veces: “No, tú no vales para eso” “No, tú no
puedes estudiar aquello” “No, tú eres mía y has de encargarte de mí, de mi
casa y de mis hijos” “No, tú no puedes pintarte la cara, si lo haces parecerás
una puta” “No, tú no puedes casarte, debes cuidar de tus padres” “No, tú no
puedes salir con otros amigos que no sean los míos”, etc, hasta quedar anulada
su voluntad e incluso su razón por la que seguir viviendo.
Foto: ©Pep García |
«El matar a otro ser nunca ha tenido justificación, entonces... ¿por qué la tiene si la víctima es una mujer?».
¡Basta ya! a la VIOLENCIA DE GÉNERO.
Efectivamente existe desde hace siglos, pero nadie le ponía nombre, es más,
incluso cuando ocurría, en otros tiempos se llegaba a encontrar una válida
justificación para demostrar que la acción de ese hombre había sido totalmente
justificada. El matar a otro ser nunca ha tenido justificación, entonces... ¿por qué
la tiene si la víctima es una mujer? ¿Por qué dicen que perteneces a ese
hombre? Que yo tenga entendido, cuando nacemos, lo hacemos solos, al igual que morir,
morimos solos, los seres humanos somos individualistas en los momentos más
decisivos de nuestra existencia, por consiguiente, no llevamos código de barras
ni etiqueta alguna en la que diga que somos propiedad de fulanito o de
menganito, eso, solo sale en las películas de ciencia ficción.
Seamos realistas, y de una vez por todas pongamos todos los medios a
nuestro alcance para que la Violencia de
Género se convierta en un mal sueño y no, en una pesadilla que han de vivir
muchas mujeres día tras día.
Artículo publicado por ©María Serralba
en el Llibret de la Hoguera Florida Sur /2017
Otros enlaces relacionados:
sábado, 3 de junio de 2017
On 23:58:00 by María Serralba in Coachin Literario, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural, Ventana solidaria Sin comentarios
Hoy ha tenido lugar en el salón del Club Información la presentación del llibret de la Hoguera Florida Sur al que han titulado "Del Morado al Negro", y en él, tal como os comenté en el post anterior, he colaborado con un artículo en el que denuncio un tema actual como atroz que es la VIOLENCIA DE GÉNERO.
Leer artículo: ¿Desde cuándo el amor genera violencia?
El acto ha resultado muy ameno y familiar, aunque al inicio, nos ha robado a todos unas lágrimas al ser proyectadas algunas de las imágenes que acompañan al magnífico trabajo fotográfico "Del Morado al Negro" que se ofrece en el llibret.
Entre los asistentes estábamos todos los que hemos participado de una forma u otra en este proyecto, como Ángel García Catalá (en la fotografía ofreciéndonos unas palabras), o Rafael Arjones. Por supuesto que todos los miembros de la comisión y algún que otro curioso que no ha querido perder la ocasión de hacerse con un ejemplar de este llibret tan cargado de emociones.
On 23:55:00 by María Serralba in Coachin Literario, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural, Ventana solidaria Sin comentarios
Hola amigos, hoy no voy a hablaros de colores, aunque sí es cierto que hay dos en concreto, el MORADO y el NEGRO, que van a ser los protagonistas de este post.
Hace un mes, coincidí por casualidad con el constructor de hoguera, Federico Molinero, en un acto social, y allí mismo me arrancó un "si quiero" al hacerme partícipe de su nuevo proyecto para el 2017 y pedir mi colaboración literaria. Días después me encontraba con él y con su esposa Ana Campayo en el taller y, a la par que admiraba su trabajo, me pusieron en antecedentes de lo que querían que hiciera. La idea la capté al segundo, ya que es algo que hoy en día esta en la punta del iceberg de los medios de comunicación. "María, lo necesitamos como muy tarde para dentro de una semana", me dijo Federico, pero yo salí de allí con el boceto en mi cabeza y esa misma noche se lo envíe.
"HABLA DEL SILENCIO" es el título del monumento que este año planta la hoguera del distrito Florida Sur, del que es autor y presidente, Federico Molinero. El monumento contará con un presupuesto de 20.000 euros y la temática, tanto del monumento como del llibret de la hoguera, va a ser complementaria y de apoyo a un proyecto solidario que lleva una década en marcha y que tuvo sus inicios con una exposición balance de 32 lonas, en el Aulario II de la UA, donde quedaba plasmada con toda su crudeza, los casos de violencia de género que ha habido hasta la fecha en nuestra ciudad, vistos desde el obturador de profesionales de la fotografía como pudiera ser Rafael Arjones. La visión de esta lacra social por parte de la prensa gráfica alicantina ha resultado novedoso a la par de impactante. Otra de las gestiones que se va a realizar con este proyecto solidario es acudir a los centros escolares para concienciar a nuestra juventud sobre esta temática, dicha responsabilidad recaerá en Angel García Catalá.
La Hoguera Florida Sur es una de las pocas hogueras en Alicante qué a través de sus monumentos, siempre ha procurado hacer visible la figura de la mujer, en otras ocasiones fue emanando de él su su alma, y en esta ocasión, haciendo valer sus derechos.
Desde mi ciber espacio quiero dar las gracias a Federico y a su equipo, por darme de nuevo la oportunidad de ser partícipe de un hermoso proyecto.
Con Federico Molinero y Ana Campayo ante su monumento "Habla del silencio" |
Otros enlaces relacionados:
martes, 30 de mayo de 2017
On 16:54:00 by María Serralba in Coachin Literario, PROYECTO MARÍA SERRALBA, T.E.C.A. Sin comentarios
Hola amigos, tal como ya os he contado en alguna ocasión, este proyecto se inició casi, por casualidad. Por mi parte sentía la necesidad de seguir aprendiendo, pero también la de poder enseñar a aquellos que quisieran aprender, así que elaboré el proyecto T.E.C.A. Es posible que tuviese la profesión de docente frustrada, por que la vedad es que disfruto infinito con mis alumn@s y eso solo sucede cuando a uno le gusta lo que está haciendo y a mí... ME ENCANTA.
Durante estos años no solo hemos dado un repaso bastante amplio a la ortografía y a la gramática, sino que también hemos analizado el mecanismo que emplea nuestro cerebro a la hora de memorizar, analizar, leer, pronunciar y escribir palabras.
Curiosidades como saber lo importante que es nuestra firma, la inclinación de nuestra letra a la hora de escribir, o nuestra manera de pronunciar las palabras, ha sido uno de tantos apartados que hemos analizado con profundidad, llegando a la conclusión que el ser humano está reflejado en todos sus actos, no solo en el caminar, el hablar o el comportarse, nuestra grafología también es un signo de nuestra identidad.
Juegos, trabalenguas, crucigramas y sopas de letras han completado los días de taller que eran más duros, ya que previamente se habían realizado múltiples ejercicios todos ellos con un nivel distinto de dificultad, pero el afán de aprender de mis alumn@s no tenía límites, así que los han afrontado con valentía y han salido airosos de todos ellos, incluso algunos con nota alta.
T.E.C.A. no solo es un taller alternativo donde su denominador común es seguir aprendiendo sin limitacion de la edad o las condiciones físicas o psíquicas, T.E.C.A. a lo largo de estos tres años ha fomentado la amistad y sociabilidad entre sus integrantes, ha hecho de "terapeuta" para los más retraídos, ha motivado a los tímidos a tener suficiente autoestima como para apuntarse a cursos en la UA y ha "obligado" a otros a abandonar su zona de confort o, su sillón de casa, y empezar a preocuparse por cómo arreglarse para venir a clase, dejando para el resto de la semana las zapatillas y la ropa de ir por casa, en fin, que T.E.C.A. tiene algo de magia y cada año nos sigue sorprendiendo.
El año próximo, sobre el mes de Octubre, volveremos a iniciar un nuevo ciclo, con fuerzas renovadas y nuevas expectativas, de hecho, el último día de clase ya hicimos algunos planteamientos en vista del próximo curso, por que en T.E.C.A. se consensua todo entre sus miembros, pero de ello, ya os contaré en próximos post, ahora tan solo agradecer a mis alumn@s todo su esfuerzo y animarles para que continúen enriqueciendo su intelecto tal como lo han estado haciendo hasta ahora.
sábado, 13 de mayo de 2017
On 16:40:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural Sin comentarios
Hoy el tema a tratar en clase ha sido la celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, pero nada mejor que escuchar las experiencias vividas por mis alumnas para saber cómo y de qué manera ha evolucionado el sector laboral femenino, ¿o no ha sido así? Juzguen ustedes mismos.
Cuando se es joven se puede con todo y todo, se saca adelante.
© Relato de Mª Dolores Aracil (alumna de T.E.C.A. 2017),
adaptado por María Serralba
adaptado por María Serralba
Cuando se habla de trabajo siempre se piensa en el que se realiza fuera de casa, y no se da valor al trabajo del ama de casa. El ama de casa, si para de trabajar, es porqué decide que ya está bien por ese día, por que en una casa siempre hay algo que hacer, desde la compra y las comidas del día, hasta lavar, planchar, barrer, limpiar el polvo, fregar el suelo y los cacharros, o dedicarte a hacer la limpieza de los cristales y armarios.
Si paras, como os decía anteriormente, es porque quieres, y no por que no haya nada que hacer, y lo peor es que es un trabajo que no está valorado. A pesar de todo, a mí siempre me ha llenado dedicarme a mi familia, y eso que he tenido temporadas en las cuales he trabajado desde casa para tiendas que me hacían encargos, ya que lo mío era la confección, pero recuerdo lo difícil que me resultaba sacar tiempo para todo.
© Relato de Matilde Verdugo (alumna de T.E.C.A. 2017),
adaptado por María Serralba
adaptado por María Serralba
He escuchado a mis compañeras hablar de lo mal que lo han pasado de pequeñas, y me doy cuenta de que he sido una privilegiada, tanto en mi niñez como en el resto de mis días, y no me puedo quejar.
Aunque no he tenido que trabajar fuera de casa, sí he tenido que ayudar a mi madre en casa, puesto que hemos sido nueve hermanos y yo, la mayor. He tenido que hacer muchas mangas de jerséis porqué a mamá no le gustaba hacer las mangas. También tenía que fregar los cacharros de la comida, pero no falté al colegio, ni a mis juegos, porqué también tenía que estar con mis hermanos, por qué los cuatro que me seguían eran varones, pero no lo lamento, así aprendí a jugar juegos de chicos y de niñas.
Foto: Manu García, "Secretos de Madrid" |
He sido feliz con mis hermanos, todo esto nos ha hecho estar más unidos, incluso en estos momentos de nuestras vidas, no podemos estar sin hablarnos, como estamos lejos, unos de otros, nos llamamos por teléfono y nos preocupamos de todo lo que nos pasa.
Tengo muchas más cosas que contar pero eso, será en otra ocasión.
domingo, 23 de abril de 2017
On 15:27:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A. Sin comentarios
En las fechas que se celebra la festividad de la Semana Santa, me viene a la memoria los días en que yo era pequeña; esos días no tienen comparación.
Aunque me vine de Sevilla con 9 años, en casa, mamá siguió la tradición nuestra. En casa se vivía la Cuaresma; los viernes no se comía carne, la comida era potaje con bacalao y espinacas, y de segundo, tortillas a la francesa.
Las torrijas, mamá las hacía el Miércoles de Ceniza, y ya no faltaban, además ¡de vino! Como allí, en Sevilla, las procesiones empiezan el Domingo de Ramos, prácticamente se está en la calle todos los días, pero el Jueves Santo no se hacía nada, ni el Viernes Santo. Toda mi familia hacían lo mismo, eran dos días de procesiones y visita al Sagrario para hacer las siete estaciones.
Receta de "Torrijas al vino" y su origen
Receta de "Torrijas al vino" y su origen
El Sábado Santo íbamos con unas jarritas a por agua bendita, que se echaba por los rincones de la casa y la bendecíamos. A mí, lo que más me gustaba era el Domingo de Resurrección. A las diez de la mañana todas las campanas de todas las iglesias se volteaban, y toda la capital era un movimiento, y aquel repicar de campanas era una gloria, nos anunciaba que Jesús había resucitado. Ya no es lo mismo ni en Sevilla, todo es nada más que comercio.
Siguen algunas cosas que no cambian, como el enfrentamiento de las dos Esperanzas en el puente de Triana, y la recogida de la Macarena, que sigue entrando tarde en la iglesia y multándola. Lo que sí veo en todas estas cosas, es que en cada ciudad, en el más pequeño pueblo, la Semana Santa se vive, en parte, iguales y también con distintos matices, pero en todos aportan alguna cosa singular.
© Relato de Matilde Verdugo (alumna de T.E.C.A. 2017),
adaptado por María Serralba
Siguen algunas cosas que no cambian, como el enfrentamiento de las dos Esperanzas en el puente de Triana, y la recogida de la Macarena, que sigue entrando tarde en la iglesia y multándola. Lo que sí veo en todas estas cosas, es que en cada ciudad, en el más pequeño pueblo, la Semana Santa se vive, en parte, iguales y también con distintos matices, pero en todos aportan alguna cosa singular.
© Relato de Matilde Verdugo (alumna de T.E.C.A. 2017),
adaptado por María Serralba
domingo, 9 de abril de 2017
On 11:52:00 by María Serralba in Baúl recuerdos, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A. Sin comentarios
La economía de un hogar se puede optimizar al máximo si el ama de casa sabe emplear adecuadamente los recursos que tiene a su alcance, un ejemplo básico lo tenemos en el pan. Suele endurecerse y muchos lo tiramos. Sin embargo, hay recetas buenísimas en las que se emplea como ingrediente principal este elemento, me refiero a las "Torrijas de vino semanasanteras". Consejo: cuando decidáis comer torrijas, olvidaros por un tiempo de pesaros, si no queréis caer en la depresión... ¡jajaja!
TORRIJAS DE VINO SEMANASANTERAS
(para 8 personas aprox.)
www.comohacertorrijas.com |
Ingredientes:
- Para la infusión y el almíbar de vino:
750 ml de vino tinto.
400 ml de agua.
300 gr de azúcar.
1 rama de canela.
1 piel de naranja.
200 gr de azúcar extra para cocinar el almíbar final.
- Para ablandar las torrijas:
3 huevos.
1/2 cucharada sopera de azúcar.
1 pizca de sal.
- Para freír las torrijas:
- Para terminar las torrijas:
Mezclar en un recipiente azúcar blanca y canela para rebozar las torrijas una vez frita.
Infusión: Se recomienda hacerla un día antes.
PONGÁMONOS MANOS A LA... TORRIJA
Infusión: Se recomienda hacerla un día antes.
Verter en un cazo mediano y poner a fuego medio durante 4-5 min. los siguientes ingredientes:
- 750 ml de vino
- 400 ml de agua
- la piel de la naranja
- 300 g de azúcar
- la rama de canela.
Pasado dicho tiempo tapar y dejar que repose unas 8 horas. Al día siguiente quitar la canela y la piel de naranja de la infusión. Reservar.
EJECUCIÓN:
Pasado dicho tiempo tapar y dejar que repose unas 8 horas. Al día siguiente quitar la canela y la piel de naranja de la infusión. Reservar.
EJECUCIÓN:
- Cortar el pan en rebanadas de dos dedos de grosor aproximadamente. Reservamos.
- En un bol, añadimos unos cuantos cazos de la infusión de vino.
- En otro bol batimos los huevos y mezclamos con 1/2 cucharada sopera de azúcar blanca y una pizca de sal.
- Pasar cada rebanada, por ambas partes, primero por el bol de vino y luego por el de huevo. Escurrir para que no gotee.
Para freír las torrijas:
- En una sartén de tamaño grande añade abundante aceite (preferiblemente de girasol), la piel de un limón y una rama de canela y poner a fuego medio. Quitar la rama del limón y la canela cuando este caliente (se puede añadir unos palillos o más tiras de piel de limón con el fin de que el aceite no se haga negro).
- Introducir en el aceite las rebanadas de pan empapadas y escurridas. No echar muchas al mismo tiempo para que el aceite mantenga la misma temperatura. Dorar por ambos lados. Sacar y dejar sobre papel secante (servilletas o papel de cocina) para eliminar el exceso de aceite.
- Empapar por ambos lados sobre la mezcla de azúcar y canela.
Recomendaciones:
Foto: www.casafermin.com |
Conservar en un recipiente tapado con una bolsa de plástico a fin de preservar la humedad. A la hora de servir, se puede añadir por encima un chorrito de la infusión de vino a la que hemos añadido 200 gr. más de azucar y puesto a fuego medio hasta reducir, o bien, un chorrito de miel.
La combinación perfecta sería acompañarlas con una bola de mantecado y sobre esta, verter el almibar de vino, pero eso, ya os lo dejo a vuestra elección.
sábado, 3 de diciembre de 2016
On 23:00:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural Sin comentarios
En un grupo de estudio siempre te puedes encontrar con alguna alumna que sea hiper activa, pero si esta, además tiene una edad considerable, hay una pregunta que inevitablemente te haces: ¿cuántas cosas habrá hecho esta mujer en su longeva vida? Pues bien, yo me he encontrado con uno de esos casos, y ha sido ella misma quien me ha puesto en antecedentes de algunas de sus "peculiares" vivencias que comparto con vosotros. Como todas mis historias urbanas, esta también tiene su moraleja y es la siguiente: "nunca digas de esta agua no beberé por muy turbia que la veas".
UN CAMBIO DE AIRES
Corrían tiempos de cambio y en mi casa no iba a ser menos. Vivíamos en Moratalaz, un barrio de Madrid. Teníamos un buen piso con cuatro dormitorios, dos baños, una espaciosa cocina y dos terrazas, en resumidas cuentas, un pequeño latifundio urbanita. El negocio de la churrería, la única del barrio, iba viento en popa, pero al parecer eso no era suficiente para mi esposo.
Mis hijos ya eran crecidos y quizá ello contribuyó a que mi esposo me formulara una extraña proposición: "Maty, ¿qué te parece si ponemos una granja?". Sin salir de mi asombro le respondí, aunque no fue con una rotunda negativa, sino más bien le argumenté que al no tener ni idea de ganado, el asunto no me parecía del todo acertado. Él me rebatió diciendo que en Calzada ya teníamos terreno asignado y estaba todo listo, así que no hubo más que discutir y allí nos fuimos.
El coche se adentró en caminos rurales, zigzagueó y terminó parando ante una pequeña construcción en mitad de la nada. "Ya hemos llegado a nuestro nuevo hogar", me dijo, y yo para mis adentros exclamé, ¡pardiez!, tal como habría dicho Don Quijote si hubiera conocido a mi "ingenioso" esposo y sus despropósitos. Según pude saber en los días sucesivos, su idea de "un cambio de aires" era ser ganadero y no de cualquier especie en general, sino de una en particular, la raza porcina. Contratamos jornaleros, compramos guarras de cría, unos cuantos lechones y cambiamos de mover la brillante y dulce textura del chocolate, al fango donde se rebozaban los cochinos, así sin más. Quién me iba a decir que aquel cambio de aires se convertiría en poco tiempo en todo un huracán.
Los días pasaron rápidos y entretenidos entre dar de comer a los cochinos, y atender la casa y a mi marido, parecía que me iba adaptando bien a mi nueva situación hasta que las cochinas empezaron a parir, y ahí se terminó nuestro descanso ya que teníamos que estar junto a ellas para que del peso, no aplastasen a los lechones. Sandalio, mi capatáz, llamó al veterinario para reconocer a una cochina que tenía el parto complicado, la marrana estaba enorme y parecía que iba a explotar de un momento a otro. "Aquí no hay nada que hacer. Podéis mandarla al matadero", nos aseveró antes de marcharse. Y allí me quedé yo, una mujer de ciudad con prácticas académicas de despacho, sin ningún doctorado en medicina veterinaria, y mirando a los ojos a una cerda parturienta que parecía pedirme a gritos que la auxiliara.
"Veamos, cerdita bonita, sé que estás sufriendo y yo soy novata en todo esto, aunque he sido madre dos veces y sé por lo que estás pasando, así que por favor, ayúdame a ayudarte". El animalito pareció entender mis palabras y cuando se tranquilizó me enfundé unos guantes de fregar, los unté de aceite de oliva, y sin pensármelo dos veces, aunque por dentro estaba muy nerviosa, me puse manos a la obra. Le hablé con amor mientras con suaves movimientos seguía hurgando en su interior y, ¡por fin! mi esfuerzo tuvo su recompensa; tras salir un lechoncito muerto, otros doce sonrosados y preciosos nacieron vivos tras él, lo cuál hizo que la madre mejorara casi al instante. Desde ese día todos los vecinos me apodaron "Maty, la matrona de cochinas". Aquellas Navidades me prometí a mí misma que no comeríamos a ninguno de aquellos lechoncitos, y la promesa la mantuve hasta que la cerda murió de vieja, tiempo suficiente para aprender a cortar los colmillos a sus numerosas crías, el rabo y ponerles el hierro.
Por amor me embarqué en una aventura que en aquel tiempo pensé me iba a costar la vida y fue mi amor por los animales quien hizo que ayudara para que la vida surgiera de ellos. Todavía recuerdo aquellos tiempos con cariño e incluso con cierta nostalgia y, a pesar de todo, nunca me arrepentí de ello.
@Relato de Matilde Verdugo (alumna de T.E.C.A.),
adaptado por María Serralba
Mis hijos ya eran crecidos y quizá ello contribuyó a que mi esposo me formulara una extraña proposición: "Maty, ¿qué te parece si ponemos una granja?". Sin salir de mi asombro le respondí, aunque no fue con una rotunda negativa, sino más bien le argumenté que al no tener ni idea de ganado, el asunto no me parecía del todo acertado. Él me rebatió diciendo que en Calzada ya teníamos terreno asignado y estaba todo listo, así que no hubo más que discutir y allí nos fuimos.
El coche se adentró en caminos rurales, zigzagueó y terminó parando ante una pequeña construcción en mitad de la nada. "Ya hemos llegado a nuestro nuevo hogar", me dijo, y yo para mis adentros exclamé, ¡pardiez!, tal como habría dicho Don Quijote si hubiera conocido a mi "ingenioso" esposo y sus despropósitos. Según pude saber en los días sucesivos, su idea de "un cambio de aires" era ser ganadero y no de cualquier especie en general, sino de una en particular, la raza porcina. Contratamos jornaleros, compramos guarras de cría, unos cuantos lechones y cambiamos de mover la brillante y dulce textura del chocolate, al fango donde se rebozaban los cochinos, así sin más. Quién me iba a decir que aquel cambio de aires se convertiría en poco tiempo en todo un huracán.
Los días pasaron rápidos y entretenidos entre dar de comer a los cochinos, y atender la casa y a mi marido, parecía que me iba adaptando bien a mi nueva situación hasta que las cochinas empezaron a parir, y ahí se terminó nuestro descanso ya que teníamos que estar junto a ellas para que del peso, no aplastasen a los lechones. Sandalio, mi capatáz, llamó al veterinario para reconocer a una cochina que tenía el parto complicado, la marrana estaba enorme y parecía que iba a explotar de un momento a otro. "Aquí no hay nada que hacer. Podéis mandarla al matadero", nos aseveró antes de marcharse. Y allí me quedé yo, una mujer de ciudad con prácticas académicas de despacho, sin ningún doctorado en medicina veterinaria, y mirando a los ojos a una cerda parturienta que parecía pedirme a gritos que la auxiliara.
"Veamos, cerdita bonita, sé que estás sufriendo y yo soy novata en todo esto, aunque he sido madre dos veces y sé por lo que estás pasando, así que por favor, ayúdame a ayudarte". El animalito pareció entender mis palabras y cuando se tranquilizó me enfundé unos guantes de fregar, los unté de aceite de oliva, y sin pensármelo dos veces, aunque por dentro estaba muy nerviosa, me puse manos a la obra. Le hablé con amor mientras con suaves movimientos seguía hurgando en su interior y, ¡por fin! mi esfuerzo tuvo su recompensa; tras salir un lechoncito muerto, otros doce sonrosados y preciosos nacieron vivos tras él, lo cuál hizo que la madre mejorara casi al instante. Desde ese día todos los vecinos me apodaron "Maty, la matrona de cochinas". Aquellas Navidades me prometí a mí misma que no comeríamos a ninguno de aquellos lechoncitos, y la promesa la mantuve hasta que la cerda murió de vieja, tiempo suficiente para aprender a cortar los colmillos a sus numerosas crías, el rabo y ponerles el hierro.
@Relato de Matilde Verdugo (alumna de T.E.C.A.),
adaptado por María Serralba
viernes, 8 de julio de 2016
On 17:09:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A. Sin comentarios
El realizar ejercicios de escritura es una tarea muy importante, no solo para escribir bien, sino también para ejercitar la memoria, y eso es precisamente lo que, entre otras cosas, hacemos en T.E.C.A.. Pues bien, aquí tenéis una de las anécdotas compartidas por una de mis alumnas. Como podréis leer, un hecho circunstancial puede provocar un tremendo caos.
ANÉCDOTA DE MI PERRITA BUCA
En una ocasión, cuando mi marido y yo todavía llevábamos la cafetería-heladería en la Bola de Oro, como por aquel entonces teníamos en casa un cachorro de pastor alemán, que por cierto, era precioso y muy inteligente, de vez en cuando nos lo llevábamos al trabajo. Un día se le ocurrió a mi marido atarlo al barril de cerveza que suele contener unos cincuenta litros, pero casualmente ese día estaba vacío, así y todo lo ató confiado de que el animal no se escaparía. De repente, el cachorro, que tendría unos seis meses, vio pasar corriendo por la plaza a un gato y salió disparado tras él, arrastrando consigo el barril de cerveza que iba dando saltos, sin parar, incluso saltaba por encima de su cabeza.
La gente que había por la plaza y en los comercios de los alrededores, salieron todos a mirar a la perrita que no paraba de perseguir al gato, con el consiguiente estruendo que ocasionaba el barril, que seguía dando golpes sobre el empedrado de las calles de la plaza, y mi marido y yo corriendo detrás de ella con miedo de que pudiera dar un golpe a cualquiera, aunque la mayoría de los espectadores se reían a carcajadas al ver la escena, pero nosotros pasamos mucho apuro.
Cómo nos verían, que aquello dio mucho que hablar durante algún tiempo entre todos los vecinos, casi salimos en el NO-DO, pero, es que no fue para menos.
© Relato de Mª Dolores Aracil (alumna de T.E.C.A.), adaptado por María Serralba
© Relato de Mª Dolores Aracil (alumna de T.E.C.A.), adaptado por María Serralba
martes, 14 de junio de 2016
On 20:09:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A. 1 comentario
Os ofrezco un escrito de una buena amiga y alumna de mi taller T.E.C.A. Muchas veces necesitamos expresar nuestros sentimientos más profundos y hay una herramienta que es magnífica para ello, la escritura, en esta ocasión se trata de una hermosa carta de despedida a un gran amor. Os invito a que la leáis.
CARTA DE DESPEDIDA
Entre tu casa y mi casa hay un muro de silencio, me lo has pedido tú, nadie debe saberlo. Yo se que tú me quieres, como se que yo te quiero, pero el muro cada vez es más alto y ya no puedo subirlo. Tu sabes como nos queremos aunque nadie pueda saberlo.
¡Hay que pena tener nuestro amor en silencio! De noche, cuando me acuesto, me quedo con tu recuerdo. Derrumbaría ese muro que separa nuestro sueño, tormento de mis tormentos, y te cubriría de besos hasta quedar sin aliento.
¿Te acuerdas de aquel pañuelo que perdiste?, aquí lo tengo. Miro tus iniciales grabadas y lo estrujo sobre mi pecho. ¿Te acuerdas? Quizá no, hace ya tanto tiempo... Es mi compañero del alma, siempre lo llevo metido en mi pecho. Yo se que no te puedo ver, el muro cada vez es mas alto y ya no puedo subirlo.
Se nos ha pasado el tiempo, ya somos muy viejos, pero tu corazón y el mío aún siguen latiendo. Con esta carta me despido, que sigas pensando conmigo, que yo te haré un rinconcito allá, en el cielo. Allí no hay muros que nos separen, estaremos siempre juntitos, tú me abrazarás y yo, te diré lo mucho que te quiero. Allí no hay paredes, el cielo es todo nuestro, no tengas prisa en subir, tenemos toda una eternidad para estar tú y yo juntitos. Adiós, mi amor. Adiós, mi cielo. Con estas lágrimas me despido. Hasta luego.
© Relato de Luisa Molina (alumna de T.E.C.A. 2016),
adaptado por María Serralba
domingo, 5 de junio de 2016
On 18:32:00 by María Serralba in AGENDA, Coachin Literario, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural 1 comentario
Todo empezó con una idea unida a una ilusión y a un objetivo, para terminar convirtiéndose en una realidad. Una realidad enriquecedora sobre todo a nivel humano.
Cuando me asignaron para impartir este tipo de talleres, un tanto atípicos dado los tiempos que corren y más, teniendo en cuenta mi peculiar formación y manera de ser, creo que hicieron una apuesta por algo más que un "taller de escritura bonita", como lo calificaron algunas de las personas interesadas que en un principio llegaron a los centros a preguntar. Las expresiones creatividad y autodidacta no son algo nuevo pero quizá sí aplicado a la escritura.
El primer día he de confesaros que fue horroroso. Contaba con un buen material y tenía mi puesta en escena aprendida, pero los nervios seguían presentes cuando empecé a hablar a un nutrido grupo que tenía una ganas locas de acribillarme con preguntas de toda índole, sobre todo una que a todos les tenía en vilo: «María, ¿de qué va exactamente este taller?
Tras ese comienzo hubo días en los que el proyector dijo de no ir, con lo cuál la exposición en Power Point que tenía preparada se fue al garete y tuve que improvisar. En otros fue el ordenador, haciéndome quedar mal al quedarse la pantalla en negro, en resumen, más improvisación. De la noche a la mañana tuve que cambiar la técnica y en lugar de proyector, transmití las clases por cable HDMI en un mega televisor que hasta el momento lo único que había transmitido eran partidos de fútbol. Como veis un sin vivir constante. Pero todas esas chinitas en el camino lo único que hicieron fue, que me diera cuenta qué de todas ellas podía salir airosa simplemente por una razón, por que mis alumnas siempre estaban allí para apoyarme y animarme. Sus rostros reflejaban las ansias de conocimiento, sea cual fuese este, y yo disfrutaba alimentándoles esa codicia de saber. A la segunda semana mi deseo inicial de querer dar una patada al suelo y desaparecer bajo tierra, se esfumó, empecé a tomar conciencia de que allí podía hacer muchas más cosas que la mera labor docente de enseñarles a ser escritores y a escribir bien, y así lo hice.
Cuando me asignaron para impartir este tipo de talleres, un tanto atípicos dado los tiempos que corren y más, teniendo en cuenta mi peculiar formación y manera de ser, creo que hicieron una apuesta por algo más que un "taller de escritura bonita", como lo calificaron algunas de las personas interesadas que en un principio llegaron a los centros a preguntar. Las expresiones creatividad y autodidacta no son algo nuevo pero quizá sí aplicado a la escritura.
El primer día he de confesaros que fue horroroso. Contaba con un buen material y tenía mi puesta en escena aprendida, pero los nervios seguían presentes cuando empecé a hablar a un nutrido grupo que tenía una ganas locas de acribillarme con preguntas de toda índole, sobre todo una que a todos les tenía en vilo: «María, ¿de qué va exactamente este taller?
Tras ese comienzo hubo días en los que el proyector dijo de no ir, con lo cuál la exposición en Power Point que tenía preparada se fue al garete y tuve que improvisar. En otros fue el ordenador, haciéndome quedar mal al quedarse la pantalla en negro, en resumen, más improvisación. De la noche a la mañana tuve que cambiar la técnica y en lugar de proyector, transmití las clases por cable HDMI en un mega televisor que hasta el momento lo único que había transmitido eran partidos de fútbol. Como veis un sin vivir constante. Pero todas esas chinitas en el camino lo único que hicieron fue, que me diera cuenta qué de todas ellas podía salir airosa simplemente por una razón, por que mis alumnas siempre estaban allí para apoyarme y animarme. Sus rostros reflejaban las ansias de conocimiento, sea cual fuese este, y yo disfrutaba alimentándoles esa codicia de saber. A la segunda semana mi deseo inicial de querer dar una patada al suelo y desaparecer bajo tierra, se esfumó, empecé a tomar conciencia de que allí podía hacer muchas más cosas que la mera labor docente de enseñarles a ser escritores y a escribir bien, y así lo hice.
«La finalidad principal de Proyecto T.E.C.A. es, que todos los participantes den lo mejor de sí y descubran su auténtico potencial».
Ha pasado más de un año desde que escribí esta frase resumiendo mi labor, y os puedo asegurar que la realidad la ha superado con creces. De taller a taller hemos compartido vivencias, hemos celebrado onomásticas y mejorías tras operaciones delicadas. Hemos apoyado a compañeras ante situaciones incómodas en su día a día. Se han escrito cartas de deseos y algunos de estos, con la ayuda desinteresada de todas, se han hecho realidad. Se ha disfrutado de suculentos dulces siempre que ha habido ocasión, obedeciendo las palabras de Santa Teresa que decía así: "...cuando oración, oración, y cuando perdiz, perdiz...", y hemos tenido jornadas de abrazos cuando alguien llegaba con la moral por los suelos. Hemos hablado de Shakespeare, puesto nombre al cuervo de Edgar Aland Poe y analizado textos de Gustavo Adolfo Becquer, pasando por escritores nacionales e internacionales que más de uno ya habíamos leído. Resumiendo, una amalgama de emociones y vivencias que hacen especial lo que a simple vista parecía un taller ordinario.
El año que viene es probable que tenga otra oportunidad para ser testigo de cómo la pluma de T.E.C.A. vuelve a hacer magia entre los que asistan a ella. Estoy feliz de haber contribuido a realizar una gran labor, muy necesaria en una sociedad que cada día se decanta más por el individualismo, y agradezco nuevamente a la Concejalía de Acción Social del Ayto. de Alicante, y muy especialmente a la Animadora Sociocultural de los centros comunitarios y de mayores, Dalia Rosas, haber querido incluir PROYECTO T.E.C.A. como Actividad Cultural Innovadora 2015-2016 entre los numerosos talleres ofrecidos en estos.
El año que viene es probable que tenga otra oportunidad para ser testigo de cómo la pluma de T.E.C.A. vuelve a hacer magia entre los que asistan a ella. Estoy feliz de haber contribuido a realizar una gran labor, muy necesaria en una sociedad que cada día se decanta más por el individualismo, y agradezco nuevamente a la Concejalía de Acción Social del Ayto. de Alicante, y muy especialmente a la Animadora Sociocultural de los centros comunitarios y de mayores, Dalia Rosas, haber querido incluir PROYECTO T.E.C.A. como Actividad Cultural Innovadora 2015-2016 entre los numerosos talleres ofrecidos en estos.
jueves, 2 de junio de 2016
On 17:51:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A. 1 comentario
¡Hola amigos!, una vez más tengo el gusto de compartir con todos vosotros una anécdota vivida por una de mis alumnas de T.E.C.A., y como moraleja, podría decirse que no hay mejor medicina, que tomarse la vida con humor, tal como lo hicieron los protagonistas de esta historia surrealista. Para que luego digan que no nos hacemos mayores...
UNA SALIDA DE EMERGENCIA
Verdaderamente tengo que reconocer que estamos mayores. Hace un par de meses, después de mucho tiempo sin salir, mi marido y yo decidimos ir una tarde a tomar una picada y luego al cine. Hasta ahí todo fue bien. Nos tomamos una caña con unos calamares muy ricos y luego, una vez en el cine, elegimos una película. Hoy en día los cines no son como los de antes, están llenos de pasillos oscuros y puertas con números gigantes que indican las salas de proyección. Yo sabía que la nuestra era la sala 9, así que empezamos a buscar...
Cuando ¡por fin! la encontramos, el número estaba en una pared que hacía chaflán y daba a dos calles así que optamos por doblar la esquina hacia la izquierda pero estaba todo tan oscuro... aunque al final del pasillo vimos una puerta y allá que fuimos los dos; lo que no me di cuenta fue qué doblando a la derecha también había otra puerta. Aquello más bien parecía la boca de un lobo. Abrimos la puerta elegida y entramos, soltamos la puerta tras nosotros, qué por cierto pesaba mucho, y escuchamos el "clic" del pestillo, dándonos cuenta tarde, de que habíamos quedado atrapados en un recinto cerrado del tamaño de una salita pequeña, que la puerta ya no se podía volver a abrir, ni podíamos volver por dónde habíamos entrado, solo se podía ir hacia adelante, así que pasamos por otra puerta, igual de pesada que la anterior y para nuestra sorpresa, esta daba a una especie de balconada y de ahí, directamente a la calle. «Cariño, creo que nos hemos salido del cine», me dijo mi marido con tono pausado, quizá para no añadir más tensión a la que ya sentía al haber sido yo la que eligiera la puerta equivocada.
Desde el segundo piso donde nos encontrábamos, vimos que podíamos bajar por unas escaleras hasta la calle, así que dejé allí arriba a mi marido, encerrado, bajé corriendo las escaleras, di la vuelta entera al edificio, que para colmo de males estaba lloviendo a cántaros y, cuando llegué otra vez a la puerta principal del cine, pasando por palomitas, chuches y demás, cual sería mi sorpresa qué, para colmo de la desgracia, los porteros habían cambiado el turno y había otro chico. Al pobre le tocó aguantar todo mi relato, le enseñé las entradas ticadas para que viera que no era una fresca que pretendía colarse sin pagar, y también le dije que tenía a mi marido encerrado en una salida de emergencia, qué al fin de cuentas, era dónde nos habíamos metido sin darnos cuenta. El chico, muy amable y conteniéndose la risa, me acompañó al sitio donde yo había dejado a mi marido, le abrimos la puerta y pudimos liberarlo de su encierro. ¡Por fin! pudimos entrar en la sala correcta para ver nuestra película, aunque para aquel entonces ya estaba empezada.
Ahora entenderéis por qué digo que me estoy haciendo mayor, ya que esas cosas antes nunca me hubiesen pasado. Por otra parte esta anécdota sirvió para que al contárselo a mis hijos y nietos, nos estuviéramos riendo un buen rato.
domingo, 22 de mayo de 2016
On 22:59:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A. Sin comentarios
Hace un año que estoy impartiendo cursos de T.E.C.A. entre los socios de los centros de mayores de Alicante, y tengo la sensación de que fue ayer cuando, temerosa de mis aptitudes como docente, aunque segura de mi objetivo, me enfrentaba a un grupo de mujeres inquietas, habidas de saber y con una felicidad y desparpajo que solo hace la veteranía de la vida. Desde entonces no pasa día ni clase en la que mis alumnas no dejen de sorprenderme con alguno de sus peculiares relatos, muchos vividos en el presente y muchos más en el pasado, la mayoría anecdóticos pero también los hay de una crudeza terrible.
A continuación quiero compartir con vosotros uno de ellos, experimentado por una niña que en aquellos días a penas tendría cuatro años y que ahora, a sus 82, todavía sufre de pesadillas por lo sucedido.
Manoli Verdú, gracias por compartir con todos nosotros un momento tan impactante de tu vida.
MADRID, un día cualquiera del año 1938
Esa noche me despertaron las horribles detonaciones de las bombas.
A mí me cogió mi padre, que había venido del frente donde luchaba, con unos días de permiso. Mi madre cogió a mi hermano que era más pequeño que yo. También cogió una bolsa en la que tenía un bote de leche condensada, una barrita de pan y unas pocas monedas. Salimos corriendo, pero al llegar al portal, una bomba había explotado en el edificio de al lado, con el humo y el pánico, nadie podía abrir la puerta del portal, no se podía respirar, pero al fin alguien la abrió. Salimos corriendo.
Mi padre, conmigo en brazos, fue al mismo refugio que íbamos siempre. Por el camino pude ver como algunas personas caían, pero algo que no he podido olvidar fue ver el cuerpo de un hombre rodando por la calle y su cabeza por otro lado.
Cuando mi padre y yo llegamos al refugio, donde estaban mis familiares y amigos, no vimos a mi madre y aquello parecía un funeral. Todos pensábamos que habían caído. Cuando terminó el bombardeo salimos de los refugios y todo fue alegría al encontrar sanos y salvos a mi madre y a mi hermano.
De estos episodios podría contar muchos más. Después de aquel día, cuando se le terminó el permiso, mi padre volvió al frente donde luchaba. El día que cumplí cinco años me envió una carta, felicitándome, junto a un billete de 10 pesetas para que mi madre me llevara al cine y me comprara un regalo. Mi mejor regalo fue aquella carta de mi padre, me hizo mucha ilusión y todavía la conservo, la leo de vez en cuando y me hace recordar, con alegría, el día 1 de Abril de 1939, cuando entraron en Madrid los aviones de las Fuerzas Nacionales anunciando que la guerra había terminado. Todo fue alegría, pero luego llegaría la posguerra, fue muy dura, nadie nos había advertido de las consecuencias de la guerra.
Por aquellos días mi padre era peluquero de caballeros y teníamos una peluquería, así que G. a D., no pasamos hambre, pero pude ver a mis vecinos, cuyos padres no tenían trabajo, rebuscando comida entre las basuras y durmiendo entre viejas mantas que les daba la gente. Esa fue otra imagen que nunca olvidaré, me marcó mucho. Desde aquel día me juré a mí misma que haría todo lo posible por no pasar por ello.
Ya de adulta he pasado por muchos problemas, pero G. a D. los he podido solucionar. Cuando quede viuda, vendí mi piso de Madrid y me vine a vivir a Alicante con mi hijo. Al principio de venir me sentí como una extraña, incluso un poco arrepentida de haber cambiado de aires, pero un día fui a una excursión que organizaba una parroquia y lo pasé muy bien, ese día conocí a tres mujeres maravillosas que ahora son mis amigas, con las que voy a todas partes y vuelvo a ser feliz. Ya no me siento tan sola. Tan solo me queda una cosa por resolver, conseguir un trabajo para mi hijo y entonces mi felicidad será plena. Lo estamos pasando francamente mal, mi pensión no alcanza casi para vivir los dos, confío que Dios no me abandone, nunca lo ha hecho.
© Relato de Manoli Verdú (alumna de T.E.C.A. 2016),
adaptado por María Serralba
Suscribirse a:
Entradas (Atom)
«La fuerza inagotable que anida en mi interior, es la fuente de la que se nutre mi perseverancia por ver hecho realidad mi único deseo». Leimotiv de ©María Serralba
«Todo en la vida se puede llegar a lograr, tan solo es cuestión de TIEMPO, de DESEO, de ESFUERZO y siempre dotándolo con una generosa dosis de mucho AMOR». Da tiempo al Amor ©María Serralba
«Cuando la mente y el cuerpo están en perfecta sintonía, el ser humano es capaz de todo, y cuando esto no es así entonces... se puede esperar cualquier cosa de él». A la sombra de tu piel ©María Serralba
«En un mundo donde todo es sentimiento el sexo que tenga este carecerá de importancia». El Dios del faro ©María Serralba
«Todo el que se ensalza será humillado y el que se humille será ensalzado...». La estrella púrpura ©María Serralba
«Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro a mitad del camino». ©Sigmud Freud
«Sin los escritores, aun los actos más laudables son de un día». ©José Augusto Trinidad Martínez (Azorín)
«Un autor de historias fingidas escribe el libro que quiere leer y que no encuentra en ninguna parte». ©Augusto Roa Bastos
«Existe una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad o la energía atómica y es, la voluntad». ©Albert Einstein
«Las personas solo cambiamos de verdad, cuando nos damos cuenta de las consecuencias de no hacerlo». ©Mario Alonso Puig
Buscar
Translate
YO estoy con MARÍA
MICRO ESPACIOS
A la sombra de tu piel
AGENDA
Baúl recuerdos
Blog-programación
Coachin Literario
Da tiempo al Amor
Describiendo una imagen
Distribución
El Dios del faro
El Legado de Flavia Julia-Trilogía
ENTRE AMIGOS
Hijo de mi vida
Historias urbanas
InfoBlog
LA TRASTIENDA
María pregunta a...
Medios
MITCHIE SPACE
Novelas entre dos
PROYECTO MARÍA SERRALBA
Publicaciones
T.E.C.A.
Ventana Cultural
Ventana solidaria
Zen María
<" async="async">