domingo, 4 de junio de 2017
On 23:00:00 by María Serralba in Coachin Literario, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural, Ventana solidaria Sin comentarios
Permitir que como mujer opine sobre la Violencia
de Género en este espacio privilegiado donde se fusiona arte, proyectos,
ilusión e ideas, lo considero todo un honor, aunque no creo ser la más idónea
para expresarme sobre ello, ya que por suerte, no he vivido tal experiencia,
pero me encuentro en una etapa de mi vida en la que sí he dedicado mucho tiempo
a escuchar confidencias de otras
mujeres, y puedo decir con pleno conocimiento de causa, que todavía tenemos
muchos pasos que andar en la malograda lucha en pro de los Derechos Humanos en
general y de la Violencia de Género, en particular.
No concibo cómo podemos dormir tranquilos cada día, a pesar de escuchar las
atrocidades que se cometen a diario, no solo en nuestro país, sino en todo el
mundo, contra el sexo femenino de manos de sus respectivas parejas. ¿Nos estamos
inhumanizando? Quizá así sea. El constante y variado bombardeo de noticias
ofrecidas por los propios medios de comunicación nos provoca el llamado “efecto
tortuga”, es decir, generar sobre nosotros mismos y lo más grave, sobre
nuestras conciencias (quien la tenga), un grueso caparazón por el que nos
resbala todo, y cuando digo TODO me estoy refiriendo a los sucesos de bullying,
atracos, catástrofes, corrupción, desahucios y, como no, en este mismo pack
también estarían incluidas las víctimas de Violencia
de Genero. Como contrapunto a tal apatía, es triste ver cómo nos
escandalizamos cuando nos llegan los incrementos en las cuotas de las facturas
de la luz, del gas, etc., entonces SÍ somos capaces de presentar todos los
escritos o realizar todas las llamadas de quejas posibles, en tal de que nos
consideren una bonificación. ¡Pero en qué mundo estamos viviendo, señores!
A bote pronto, ¿alguno de ustedes sabría decirme, en este mismo instante,
cuantas mujeres han sido asesinadas, maltratadas o vejadas ya sea física o
psicológicamente en lo que llevamos de año? No, cierto. Pues ahí tienen la
respuesta. Nadie tiene consciencia de ello por qué este holocausto que viene sucediéndose
desde hace siglos, es ya lo cotidiano, y lo tomamos con la misma naturalidad
que empleamos al consultar los mensajes en nuestros móviles, pero tengan en
cuenta que esas posibles víctimas no andan muy lejos de ustedes, hoy en día
puede ser cualquiera, una vecina, una hermana, una hija, incluso usted misma.
Foto: ©Rafa Arjones |
«¿Cuánto hay que sufrir por amor?».
¿Cuánto hay que sufrir por amor?, podría ser mi próxima pregunta, y estoy
segura que todos ustedes responderían al unísono que para amar no hay que
sufrir, y eso sería lo correcto, siempre y cuando no volviésemos a recordar lo
dicho anteriormente, ni repasar las cifras espeluznantes que nos ofrece cada
año los Cuerpos de Seguridad del Estado y organismos oficiales.
Ahora que están tan de moda los reality show, ¿usted se prestaría a ponerse
en el papel de una de ellas y vivir, aunque fuese solo por un día, su
experiencia vital? Estoy segura que su respuesta volvería a ser un NO rotundo, pero
a ellas nadie les ha pedido su opinión, nadie les ha advertido de lo que
pasaría, nadie les ha dado a elegir, son víctimas de la confianza, del amor,
del terror, del abuso, y cada vez son más numerosos los casos donde ha habido
denuncia previa, donde se ha llegado a considerar por parte de la justicia
competente, una orden de alejamiento para el agresor, y donde se ha terminado por
identificar a la víctima, como una de esas valientes que se atrevieron a
denunciar su caso.
Las víctimas de Violencia de Género
son seres humanos con sentimientos e ilusiones como el que más, así que debe
resultar devastador el saber que, tras entregar lo más preciado que uno tiene,
que lo ha atesorado y alimentado en su corazón para poder dárselo generosamente
a otro ser, con ilusión, con confianza y esperanza, el único pago que va a
recibir sea una bofetada, en el mejor de los casos.
«¿Cuántas violencias de género crees conocer?»
Por lo general solemos
relacionar dichas palabras a las agresiones físicas: moratones, cortes, etc.,
sin embargo, también las hay silenciosas y constantes, las que no se ven y van
minando la mente día tras día, me refiero a las agresiones psíquicas. Miles de
mujeres las han sufrido estoicamente cuando, ya sean sus padres, tutores e
incluso mujeres adultas de su entorno, les han condicionado su intelecto y su
vida diciéndoles una y mil veces: “No, tú no vales para eso” “No, tú no
puedes estudiar aquello” “No, tú eres mía y has de encargarte de mí, de mi
casa y de mis hijos” “No, tú no puedes pintarte la cara, si lo haces parecerás
una puta” “No, tú no puedes casarte, debes cuidar de tus padres” “No, tú no
puedes salir con otros amigos que no sean los míos”, etc, hasta quedar anulada
su voluntad e incluso su razón por la que seguir viviendo.
Foto: ©Pep García |
«El matar a otro ser nunca ha tenido justificación, entonces... ¿por qué la tiene si la víctima es una mujer?».
¡Basta ya! a la VIOLENCIA DE GÉNERO.
Efectivamente existe desde hace siglos, pero nadie le ponía nombre, es más,
incluso cuando ocurría, en otros tiempos se llegaba a encontrar una válida
justificación para demostrar que la acción de ese hombre había sido totalmente
justificada. El matar a otro ser nunca ha tenido justificación, entonces... ¿por qué
la tiene si la víctima es una mujer? ¿Por qué dicen que perteneces a ese
hombre? Que yo tenga entendido, cuando nacemos, lo hacemos solos, al igual que morir,
morimos solos, los seres humanos somos individualistas en los momentos más
decisivos de nuestra existencia, por consiguiente, no llevamos código de barras
ni etiqueta alguna en la que diga que somos propiedad de fulanito o de
menganito, eso, solo sale en las películas de ciencia ficción.
Seamos realistas, y de una vez por todas pongamos todos los medios a
nuestro alcance para que la Violencia de
Género se convierta en un mal sueño y no, en una pesadilla que han de vivir
muchas mujeres día tras día.
Artículo publicado por ©María Serralba
en el Llibret de la Hoguera Florida Sur /2017
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