domingo, 18 de diciembre de 2016
Cuánto le hubiese gustado a nuestros antepasados tener a alguien que les guiase en su vida. La palabra coach o entrenador personal, ya forma parte de nuestro vocabulario, pero en aquellos tiempos el tener uno en exclusiva, hubiera supuesto un esnobismo. Hoy vamos a conocer a uno de estos motivadores del crecimiento personal, me estoy refiriendo a EVA DE LA COBA, que nos tiene reservada una sorpresa para los que todavía estamos buscando nuestro camino.
«La única forma de hacer los sueños realidad es despertando».
1.-¿Qué es Acciona-te?
AccionaTe se basa en un movimiento, una idea, una misión para sacar el máximo partido a nuestros talentos y recursos, para ponernos en marcha y hacer aquello que de verdad queremos hacer, apostar por nosotros y nuestras ideas. ¿Cómo? A través de productos, cursos, conferencias, libros, vídeos y la creación de una comunidad de "accionados" con un mismo objetivo, apostar por sus sueños.
El primer producto que surge de la línea de AccionaTe es su Agenda; un libro en formato agenda que te guía durante todo el año a través de un proceso de desarrollo personal, te ayuda a no perder de vista tus sueños y, en definitiva, te obliga a dedicar un ratito para ti todos los días de conexión, aprendizaje y autodescubrimiento.
2.- ¿De dónde surge la idea?
Después de algunos años dedicándome al desarrollo personal, creo que hace falta algo más, algo realista que aporte además que una simple charla motivadora o un producto con frases bonitas.
AccionaTe surge de la necesidad de tener una red amplía de contactos y compañeros que de verdad estén comprometidos con el cambio, de la necesidad de un optimismo realista, inteligente y tangible y de dejar a un lado el espejismo de los cursos que prometen el éxito en 10 días.
«Nada tarda tanto en llegar como lo que nunca se empieza. ¡REACCIONA!, el mejor momento es ¡AHORA!».
Mi generación está estancada, nos han llamado la generación de los NINIS y nos lo hemos creído. Yo, digo que ya basta, es el momento de accionarnos, explotar lo que mejor sabemos hacer y lo que realmente nos gusta y marcar la diferencia en un mundo lleno de ruido.
3.- ¿Quién está detrás de este proyecto?
Ahora mismo, con 26 años, AccionaTe es uno de los muchos proyectos de emprendimiento que he puesto en marcha. Con 23 años acabé el Grado de Relaciones Laborales y Recursos Humanos y trabajé como Asesora Laboral durante 2 años y medio hasta que decidí que ya era hora de apostarlo todo por este proyecto y dedicarme por entero a ello.
He estado como ponente y formadora en distintos organismos y congresos importantes como Focus Pyme, Lanzadera de Empleo de Elche, CEEI de Elche y trabajando como Formadora y Mentora en el Coworking de Elda que depende de su ayuntamiento. Además, desarrollo formaciones online y presenciales de alto impacto (Glasswalking, Firewalking...), escribo y desarrollo productos destinados el crecimiento personal y profesional.
Actualmente me centro en la puesta en marcha de proyectos emprendedores a través de la formación, el Coaching y el Mentoring. Estudio Psicología y todo lo desarrollado con el desarrollo personal y profesional.
«Empieza a vivir como si fueras a morir mañana, y planea tu futuro como si fueras a vivir eternamente».
4.- ¿A qué público está dirigido?
A todo aquel que quiera un cambio o una mejora en su vida y tenga claro que el cambio comienza con uno mismo, de dentro hacía fuera. Que asuma la responsabilidad de su vida y quiera conocerse a un nivel muy avanzado, tanto a nivel mental como emocional.
5.- ¿Cuántos esfuerzos a supuesto hacer realidad tu proyecto?
Puffff....casi una vida!! Como he dicho, dejé mi trabajo estable por apostar por este sueño y ha llevado y sigue llevando horas y horas de trabajo, mucho sudor y alguna que otra lágrima. Aprendes a vivir con menos, a invertir todo lo que tienes en sacar un sueño adelante y creer en ti firmemente, cueste lo que cueste. Sacrificas tiempo de ocio, también tiempo de sueño (cuando no puedes dormir por estar dándole vueltas a mil cosas o cuando estás trabajando hasta altas horas de la madrugada). ¡Pero lo volvería a hacer sin dudar!
6.- ¿De dónde sacas la motivación?
A veces es difícil, la verdad, pero me acuerdo de toda la gente a la que he ayudado y a la que puedo ayudar, veo los testimonios y los correos electrónicos de agradecimiento, me enfoco en dónde estaba hace un año y dónde estoy hoy. Dani, mi pareja, me ayuda muchísimo en este tema, me ayuda a levantarme en los días malos y buscar lo bonito de la vida y me recuerda todo lo que hemos avanzado.
7.- ¿Quién es Eva de la Coba?
¡¡Qué pregunta tan difícil!! Creo que nunca sabré quien o que soy en realidad, creo que nadie llega a saberlo a ciencia cierta; sin embargo, te hablaré un poco más de mí.
Soy huérfana de madre, circunstancia principal por lo que me dedico a esto y por lo que me ha hecho ver la vida de una manera muy especial. Soy una resistente nata, me caigo mil veces y me levanto dos mil.
En cuanto a mi carácter, bueno... tuve una infancia un poco complicada y ello ha contribuido a que no sea muy confiada, sino más bien algo cerrada al principio de conocerme (cuando me conoces bien soy todo un sol), más bien introvertida (menos cuando salgo a escena que me transformo!). Impaciente y cabezota como mi perro (Thor, un cruce de Rottweiler), y no paro hasta que consigo lo que quiero o se vuelve demasiado doloroso perseguirlo (el dejar de perseguir objetivos por mi propio bien lo aprendí hace muy poco tiempo).
Uno de mis sueños, aunque más bien podría llamarle hobbie, es los animales, ¡algún día tendré mi propio refugio para perros abandonados!
8.- ¿Con quién compartirías tu agenda y qué lugar elegirías para hacerlo?
Bueno, esa pregunta la tengo muy clara, con Dani, que ha sido quien ha diseñado la agenda, y lo haría en el salón de mi casa, por supuesto con nuestro perro ocupando el otro sofá y entre medias, una botella de buen vino tinto.
Pues incluiría ejercicios para recordar todo lo que he logrado, todos los objetivos que he conseguido y un recordatorio para celebrarlo, de hecho ya está incluido.
10.-Y por último, EVA, ¿qué te ha parecido este micro espacio?
Me parece una idea fantástica para unir ideas y personas que nos ayuden a inspirarnos cada día, que nos hagan ver que otro mundo y otra realidad es posible si nos enfocamos en ello y vamos con todo a por ella. Gracias María por este rinconcito de reflexión, inspiración y motivación!
Si quieres ponerte en contacto con EVA DE LA COBA lo puedes hacer a través de:
Tlfno: +34 661.559.548
E-mail: info@accionate.es
Web: www.accionate.es
Web: www.evadelacoba.com
REDES SOCIALES
*Si tu deseo es darte a conocer al resto de miembros de la Comunidad, envíame un e-mail a: mserralba@gmail.com, o bien un privado en mi perfil de Facebook y serás mi próxima entrevista.
sábado, 3 de diciembre de 2016
On 23:00:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural Sin comentarios
En un grupo de estudio siempre te puedes encontrar con alguna alumna que sea hiper activa, pero si esta, además tiene una edad considerable, hay una pregunta que inevitablemente te haces: ¿cuántas cosas habrá hecho esta mujer en su longeva vida? Pues bien, yo me he encontrado con uno de esos casos, y ha sido ella misma quien me ha puesto en antecedentes de algunas de sus "peculiares" vivencias que comparto con vosotros. Como todas mis historias urbanas, esta también tiene su moraleja y es la siguiente: "nunca digas de esta agua no beberé por muy turbia que la veas".
UN CAMBIO DE AIRES
Corrían tiempos de cambio y en mi casa no iba a ser menos. Vivíamos en Moratalaz, un barrio de Madrid. Teníamos un buen piso con cuatro dormitorios, dos baños, una espaciosa cocina y dos terrazas, en resumidas cuentas, un pequeño latifundio urbanita. El negocio de la churrería, la única del barrio, iba viento en popa, pero al parecer eso no era suficiente para mi esposo.
Mis hijos ya eran crecidos y quizá ello contribuyó a que mi esposo me formulara una extraña proposición: "Maty, ¿qué te parece si ponemos una granja?". Sin salir de mi asombro le respondí, aunque no fue con una rotunda negativa, sino más bien le argumenté que al no tener ni idea de ganado, el asunto no me parecía del todo acertado. Él me rebatió diciendo que en Calzada ya teníamos terreno asignado y estaba todo listo, así que no hubo más que discutir y allí nos fuimos.
El coche se adentró en caminos rurales, zigzagueó y terminó parando ante una pequeña construcción en mitad de la nada. "Ya hemos llegado a nuestro nuevo hogar", me dijo, y yo para mis adentros exclamé, ¡pardiez!, tal como habría dicho Don Quijote si hubiera conocido a mi "ingenioso" esposo y sus despropósitos. Según pude saber en los días sucesivos, su idea de "un cambio de aires" era ser ganadero y no de cualquier especie en general, sino de una en particular, la raza porcina. Contratamos jornaleros, compramos guarras de cría, unos cuantos lechones y cambiamos de mover la brillante y dulce textura del chocolate, al fango donde se rebozaban los cochinos, así sin más. Quién me iba a decir que aquel cambio de aires se convertiría en poco tiempo en todo un huracán.
Los días pasaron rápidos y entretenidos entre dar de comer a los cochinos, y atender la casa y a mi marido, parecía que me iba adaptando bien a mi nueva situación hasta que las cochinas empezaron a parir, y ahí se terminó nuestro descanso ya que teníamos que estar junto a ellas para que del peso, no aplastasen a los lechones. Sandalio, mi capatáz, llamó al veterinario para reconocer a una cochina que tenía el parto complicado, la marrana estaba enorme y parecía que iba a explotar de un momento a otro. "Aquí no hay nada que hacer. Podéis mandarla al matadero", nos aseveró antes de marcharse. Y allí me quedé yo, una mujer de ciudad con prácticas académicas de despacho, sin ningún doctorado en medicina veterinaria, y mirando a los ojos a una cerda parturienta que parecía pedirme a gritos que la auxiliara.
"Veamos, cerdita bonita, sé que estás sufriendo y yo soy novata en todo esto, aunque he sido madre dos veces y sé por lo que estás pasando, así que por favor, ayúdame a ayudarte". El animalito pareció entender mis palabras y cuando se tranquilizó me enfundé unos guantes de fregar, los unté de aceite de oliva, y sin pensármelo dos veces, aunque por dentro estaba muy nerviosa, me puse manos a la obra. Le hablé con amor mientras con suaves movimientos seguía hurgando en su interior y, ¡por fin! mi esfuerzo tuvo su recompensa; tras salir un lechoncito muerto, otros doce sonrosados y preciosos nacieron vivos tras él, lo cuál hizo que la madre mejorara casi al instante. Desde ese día todos los vecinos me apodaron "Maty, la matrona de cochinas". Aquellas Navidades me prometí a mí misma que no comeríamos a ninguno de aquellos lechoncitos, y la promesa la mantuve hasta que la cerda murió de vieja, tiempo suficiente para aprender a cortar los colmillos a sus numerosas crías, el rabo y ponerles el hierro.
Por amor me embarqué en una aventura que en aquel tiempo pensé me iba a costar la vida y fue mi amor por los animales quien hizo que ayudara para que la vida surgiera de ellos. Todavía recuerdo aquellos tiempos con cariño e incluso con cierta nostalgia y, a pesar de todo, nunca me arrepentí de ello.
@Relato de Matilde Verdugo (alumna de T.E.C.A.),
adaptado por María Serralba
Mis hijos ya eran crecidos y quizá ello contribuyó a que mi esposo me formulara una extraña proposición: "Maty, ¿qué te parece si ponemos una granja?". Sin salir de mi asombro le respondí, aunque no fue con una rotunda negativa, sino más bien le argumenté que al no tener ni idea de ganado, el asunto no me parecía del todo acertado. Él me rebatió diciendo que en Calzada ya teníamos terreno asignado y estaba todo listo, así que no hubo más que discutir y allí nos fuimos.
El coche se adentró en caminos rurales, zigzagueó y terminó parando ante una pequeña construcción en mitad de la nada. "Ya hemos llegado a nuestro nuevo hogar", me dijo, y yo para mis adentros exclamé, ¡pardiez!, tal como habría dicho Don Quijote si hubiera conocido a mi "ingenioso" esposo y sus despropósitos. Según pude saber en los días sucesivos, su idea de "un cambio de aires" era ser ganadero y no de cualquier especie en general, sino de una en particular, la raza porcina. Contratamos jornaleros, compramos guarras de cría, unos cuantos lechones y cambiamos de mover la brillante y dulce textura del chocolate, al fango donde se rebozaban los cochinos, así sin más. Quién me iba a decir que aquel cambio de aires se convertiría en poco tiempo en todo un huracán.
Los días pasaron rápidos y entretenidos entre dar de comer a los cochinos, y atender la casa y a mi marido, parecía que me iba adaptando bien a mi nueva situación hasta que las cochinas empezaron a parir, y ahí se terminó nuestro descanso ya que teníamos que estar junto a ellas para que del peso, no aplastasen a los lechones. Sandalio, mi capatáz, llamó al veterinario para reconocer a una cochina que tenía el parto complicado, la marrana estaba enorme y parecía que iba a explotar de un momento a otro. "Aquí no hay nada que hacer. Podéis mandarla al matadero", nos aseveró antes de marcharse. Y allí me quedé yo, una mujer de ciudad con prácticas académicas de despacho, sin ningún doctorado en medicina veterinaria, y mirando a los ojos a una cerda parturienta que parecía pedirme a gritos que la auxiliara.
"Veamos, cerdita bonita, sé que estás sufriendo y yo soy novata en todo esto, aunque he sido madre dos veces y sé por lo que estás pasando, así que por favor, ayúdame a ayudarte". El animalito pareció entender mis palabras y cuando se tranquilizó me enfundé unos guantes de fregar, los unté de aceite de oliva, y sin pensármelo dos veces, aunque por dentro estaba muy nerviosa, me puse manos a la obra. Le hablé con amor mientras con suaves movimientos seguía hurgando en su interior y, ¡por fin! mi esfuerzo tuvo su recompensa; tras salir un lechoncito muerto, otros doce sonrosados y preciosos nacieron vivos tras él, lo cuál hizo que la madre mejorara casi al instante. Desde ese día todos los vecinos me apodaron "Maty, la matrona de cochinas". Aquellas Navidades me prometí a mí misma que no comeríamos a ninguno de aquellos lechoncitos, y la promesa la mantuve hasta que la cerda murió de vieja, tiempo suficiente para aprender a cortar los colmillos a sus numerosas crías, el rabo y ponerles el hierro.
@Relato de Matilde Verdugo (alumna de T.E.C.A.),
adaptado por María Serralba
jueves, 17 de noviembre de 2016
Hola amigos, hay conversaciones que una vez terminadas te hacen reflexionar, eso mismo fue lo que me sucedió el otro día al hablar con Casilda, una encantadora mujer de 91 años, con pelo cano repleto de plateados y algodonosos rizos, que enmarcaban un semblante que te transmitía pura ternura con solo mirarlo.
Nuestra charla de mujeres fue saltando de un tema a otro, algo típico entre féminas, hasta que llegamos a rememorar los tiempos en que Casilda tenía tan solo quince años, a penas una niña, y vivía con timidez y temor los primeros escarceos amorosos con su primer y único novio, que años más tarde se convertiría en su esposo.
«Cuando te veo tan pintadita y tan requeteguapa, María, me acuerdo de mí época de jovenzuela», me decía, esbozando una deslumbrante sonrisa, mientras me mostraba orgullosa la hilera de dientes perfectos que le brindaba su dentadura postiza recién restaurada, ya que días antes, la anterior, había quedado pulverizada al caerse ella de bruces contra el suelo; a la vista de mi preocupación por su estado de salud, Casilda me pedía encarecidamente que no me preocupara de nada, que no sentía dolor, que por lo único que sentía pena era por encontrarse sola en la vida sin la compañía de su esposo, ni de sus hijos, aunque eran bien visibles los moratones y heridas que el incidente le había ocasionado, pese a ello, no se quejaba.
«Podrías pintarte un poco, Casilda. Si te maquillaras los párpados y los labios te verías igual que yo», le dije a modo de lisonja, pero aquella mujer de mirada cálida y apacible, no era fácil de convencer, ella sabía perfectamente su condición y aparentemente tenía claras sus decisiones, aunque sus siguientes palabras me darían a entender que no había sido siempre así. La edad o la timidez de Casilda no había sido nunca su problema, pero sí lo habían sido los celos desmedidos de su difunto esposo.
«¿Pintarme a estas alturas?, si yo nunca me he pintado», me respondió apesadumbrada, matiz que noté en su voz y que me transmitió más información de lo que Casilda pretendía compartir, no obstante, y a pesar de saber ya la respuesta, le consulté el motivo de no hacerlo.
«Mi esposo, que en paz descanse, no quería que me pintara, decía que estaba bien sin pintar, aunque sus hermanas bien que lo hacían», me respondió en tono de reproche y continuó, «pero, cuando yo se lo comenté, me dijo que lo que hicieran ellas le daba exactamente lo mismo, solo le importaba lo que yo hiciera, ya que quería que fuese su mujer». Al escucharla me sonó a la típica respuesta del varón posesivo. Ante el gesto de extrañeza que hice, Casilda continuó su historia. Parece ser que su novio le había amenazado con que si se pintaba, no iría junto a ella por la calle, de hecho, cuando a ella le salían los coloretes en los mofletes, típicos de los días de mucho frío, él cruzaba la acera y seguía paseando por la de enfrente, eso sí, observándola en todo momento porque no soportaba que otros hombres la mirasen.
«Recuerdo lo mal que lo pasé aquel día, lo recuerdo como si fuese ayer —me decía—. Mi padre me había comprado una pirueta de fresa por mis notas y me pasé toda la tarde chupándola, cuando la terminé ya era la hora de que mi novio llegase a recogerme para salir a dar una vuelta, así que me arregle y le esperé en la puerta. Nada más verme empezó a regañarme como si hubiese hecho un delito, incluso salió mi madre al balcón al escuchar los gritos, no sé para qué, si terminó poniéndose de su parte y a mí, dándome una regañina por haber disgustado a mi novio. Al parecer, mi novio pensaba que me había pintado los labios; ¡ni te imaginas lo que me costó convencerle de que se trataba del colorante de la piruleta! Estuvo un mes sin venir a verme ni enviarme ninguna nota, incluso le dijo a un amigo en común, que volvería a pensarse muy en serio el hacerme su esposa, ya que no podía consentir que la que fuese su mujer le desobedeciera y no cumpliera a raja tabla con sus deseos. Cuando me enteré creí morir, estaba tan enamorada de él... pero al fin todo se solucionó y por supuesto, nunca más me maquillé», me confesó, finalizando su relato con una risilla tímida.
«¿Y a partir de ese día fuiste feliz con él?», le consulté, aunque luego me di cuenta que era innecesario, el que sabe sumar sabe que "dos y dos son cuatro", y el comportamiento del supuesto novio ya dejaba por aquel entonces mucho que desear, quizá por ello no me extrañó notar que la respuesta de Casilda tardara tanto en salir de sus labios. «Tenía que serlo, ya que ese hombre era el que Dios me había enviado, ¿quién era yo para rechazarle? Él me había elegido a mí entre todas y me sentí afortunada». Tras un suspiro de impotencia, decidí cambiar de tema, pero he de confesaros que en la boca del estómago me quedó un regusto amargo y sobre todo una pregunta: ¿a cuanto había tenido que renunciar Casilda para salvar su matrimonio y sobre todo, para no encolerizar a su posesivo marido?
La violencia de género no se limita solo a agresiones físicas, el mermar la libertad, la voluntad y los deseos a un ser que lo da todo por AMOR, quizá sea la violencia más peligrosa y cruel que exista, ya que te anula poco a poco y en silencio, por lo tanto, el agresor queda impune de su cruel acción y puede pasar totalmente desapercibida en nuestro entorno, e incluso terminar siendo asumida por la propia víctima como si se tratase de una actitud adoptada por propia voluntad.
Reflexiones de ©María Serralba bajo la SUPER LUNA del 14/11/16
viernes, 7 de octubre de 2016
On 13:21:00 by María Serralba Sin comentarios
Mi relación con Maxi B. no empezó como tantas otras, la nuestra fue muy especial desde sus inicios. La palabra, como denominador común de un todo, nos unió tantas veces nos encontramos, a pesar de que dichos encuentros fueron breves, pero os puedo asegurar que en ellos se palpaba tal intensidad qué a ninguna de las partes dejó indiferente.
El Jueves 6 de octubre de 2016 ha tenido lugar un nuevo encuentro entre Maxi B. y yo, y se ha producido después de un breve período de desconexión en el que ambos decididos seguir nuestra andadura por separado: él, cambiándose de domicilio, adquiriendo más relevancia en su localidad, y haciéndose acompañar de un nutrido número de colaboradores y yo, continuando con mis proyectos literarios y solidarios, pero el reencuentro ha sido igualmente entrañable, tanto es así, que el tiempo parece haberse detenido.
Los primeros minutos han estado plagados de un aluvión de saludos, besos, abrazos, risas, sobre todo al rememorar algunos simpáticos momentos vividos en el pasado. Con complicidad, hemos hecho un punto y seguido en nuestra relación, ambos, hemos notado en el otro cierta madurez, lo cual nos ha venido bien para tratarnos de igual a igual, sabiendo que podremos hacer muchas más cosas juntos, en un futuro no muy lejano.
Gracias Maxi B. por darme la oportunidad de conocerte, ello me ha hecho reflexionar muy seriamente sobre la importancia de mi labor y proceso de evolución, así como querer seguir sorprendiéndote mil veces más con mi ingenio. Espero con entusiasmo que podamos volver a vernos en breve.
Con cariño.
María
Dos llamadas fueron más que suficientes para saber cómo y qué éramos cada uno de nosotros, tan solo faltaba lo más importante, dar el siguiente paso que era encontrarnos cara a cara. Y este se produjo el 6 de marzo de 2013, hace ya tres años. Parece que fue ayer cuando con nervios en el estómago y unas ganas frenéticas de conocerle, fui presentada a Maxi B. Esa tarde me sentí observada, escuchada, valorada, criticada y apreciada, todo al mismo tiempo, y fue una sensación difícil de describir. Llegó el turno de la palabra y en esta ocasión fui yo la que tomé la delantera, tenía que hacer que en un breve espacio de tiempo, creyera en mí a toda costa y creo que lo conseguí, prueba de ello fue su invitación a volver a vernos en próximas fechas. Y así lo hice, volvimos a encontrarnos una, dos, tres e incluso cuatro veces, todas ellas fabulosas y diferentes. Sin que él lo supiera me había propuesto un reto personal, sorprender a Maxi B. a toda costa, aunque para ello tuviera que hacer acopio de bombones, bizcochos, sonrisas y confesiones, pero
cualquier esfuerzo valía la pena en tal de que "él" siguiera creyendo en mí.
Los primeros minutos han estado plagados de un aluvión de saludos, besos, abrazos, risas, sobre todo al rememorar algunos simpáticos momentos vividos en el pasado. Con complicidad, hemos hecho un punto y seguido en nuestra relación, ambos, hemos notado en el otro cierta madurez, lo cual nos ha venido bien para tratarnos de igual a igual, sabiendo que podremos hacer muchas más cosas juntos, en un futuro no muy lejano.
Gracias Maxi B. por darme la oportunidad de conocerte, ello me ha hecho reflexionar muy seriamente sobre la importancia de mi labor y proceso de evolución, así como querer seguir sorprendiéndote mil veces más con mi ingenio. Espero con entusiasmo que podamos volver a vernos en breve.
Con cariño.
María
Esta carta está dirigida a los miembros del Club de Lectura "Maxi Banegas" de Pinoso, en agradecimiento por todos los buenos momentos que me han hecho disfrutar en su compañía.
Con mi sincero afecto
María Serralba
miércoles, 17 de agosto de 2016
Tener noticias de la pérdida de un ser querido siempre produce un extraño encogimiento en el corazón. Ya sea un amigo, un familiar, un compañero del trabajo e incluso, alguien que tiene que ver con alguna persona que conocemos.
La palabra PERDIDA, ya por sí siempre suena a lo mismo, a vacío, a dolor, a nostalgia, a algo que ha pasado por nuestras vidas de forma efímera y por lo general, dejando huella.
Las alumnas de la Promoción del 65 del Colegio San José de Carolinas - Hijas de la Caridad, llevamos desde hace un tiempo conectadas vía WhatsApp, y es precisamente en ese espacio imaginario repleto de emoticones y signos ilegibles, donde hoy, una de nosotras, ha informado de la noticia del fallecimiento de CLARA RODRIGUEZ FORNER, pero... ¿quién conocía a Clara de nosotras? Casi nadie.
Esta mujer pertenecía a la promoción del 69, por consiguiente más joven que nosotras, pese a ello, hoy ha habido un largo paréntesis de actividad en nuestro hiperactivo grupo de WhatsApp. «Otra más», se podía casi oír en este tipográfico silencio. «Yo, a la que más recuerdo es a su hermana Eva», escribía otra. «Pues yo a Rosa, su otra hermana», matizaba otra más. «Ojalá no tuviésemos que comunicar estas cosas nunca, llevo todo el día mala», reflexionaba otra de nosotras. «Pues yo lo único que recuerdo de ella, era de verla en el patio del colé. Tenía unas piernas larguísimas y era muy delgada y jugábamos con ella a "churro, media manga, mangotero».
«Clara Forner, luchadora hasta el último aliento...», decía el artículo de prensa ofrecido en su nombre por el Diario Información de Alicante, lugar donde trabajaba y donde también había dejado huella tanto a nivel profesional como humano.
Como veis, amig@s, a fin de cuentas, sea cuál sea el lugar donde realices tus estudios, o dónde vivas o trabajes, lo que marca la diferencia es la calidad humana de una persona y Clara R. Forner la tenía, por ello, a través de los años y en los distintos ámbitos en los que se ha desenvuelto, las personas que se relacionaron con ella, ya fueran alumnas del colé, en la etapa de primaria, o compañeros del trabajo, en su edad adulta, la siguen recordando.
Querida Clara, estés donde estés, gracias por compartir esos instantes de tu vida con nosotros.
viernes, 5 de agosto de 2016
On 10:21:00 by María Serralba in Describiendo una imagen, InfoBlog, Ventana Cultural Sin comentarios
Cuando tomé el libro entre mis manos no había razón alguna para hacerlo, quizá estaba hastiada de la pasividad de mi rutina en el palacio o, quien sabe, de mi misma.
Escogí un lugar apartado del bullicio, con mi propia compañía era más que suficiente, y aparecí en uno de los corredores de las estancias principales. Apoyé levemente mi columna sobre una pared decorada con bellas estampaciones y reposé mis pies sobre el suelo virgen, exento de recargados alfombrados. Necesitaba sentir la tierra fresca, sentirme a mí misma.
Un título cualquiera hubiese sido válido para mi hambre de evasión, sin embargo, escogí entre los miles de volúmenes apilados en las alacenas de la biblioteca uno que llamó mi atención por su simplicidad: "Cautiva", y desde el primer instante me vi atrapada en una historia que, aunque no me pertenecía, la sentía como mía, lo cual me hizo preguntarme si todos los seres de este mundo éramos tan similares unos de otros.
El tiempo pasó sin apenas darme cuenta de ello, a no ser por las leves gotas de agua que se desprendían evasivas del canelón subyugante de la clepsidra. ¿Cuánto tiempo me resta hasta volver a mi vida?, me pregunté. ¿Cuál será el final de mi historia no escrita?, pensé con temor. Todo estaba allí escrito, entre líneas, las mismas que iban dando forma a mi incertidumbre, las mismas que me decían que tras leer la última página ya no sería yo, sino de él. Mi cuerpo, mi mente y todo mi ser ya no me pertenecerían.
Reflexión de una lectora cautiva © María Serralba
viernes, 8 de julio de 2016
On 17:09:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A. Sin comentarios
El realizar ejercicios de escritura es una tarea muy importante, no solo para escribir bien, sino también para ejercitar la memoria, y eso es precisamente lo que, entre otras cosas, hacemos en T.E.C.A.. Pues bien, aquí tenéis una de las anécdotas compartidas por una de mis alumnas. Como podréis leer, un hecho circunstancial puede provocar un tremendo caos.
ANÉCDOTA DE MI PERRITA BUCA
En una ocasión, cuando mi marido y yo todavía llevábamos la cafetería-heladería en la Bola de Oro, como por aquel entonces teníamos en casa un cachorro de pastor alemán, que por cierto, era precioso y muy inteligente, de vez en cuando nos lo llevábamos al trabajo. Un día se le ocurrió a mi marido atarlo al barril de cerveza que suele contener unos cincuenta litros, pero casualmente ese día estaba vacío, así y todo lo ató confiado de que el animal no se escaparía. De repente, el cachorro, que tendría unos seis meses, vio pasar corriendo por la plaza a un gato y salió disparado tras él, arrastrando consigo el barril de cerveza que iba dando saltos, sin parar, incluso saltaba por encima de su cabeza.
La gente que había por la plaza y en los comercios de los alrededores, salieron todos a mirar a la perrita que no paraba de perseguir al gato, con el consiguiente estruendo que ocasionaba el barril, que seguía dando golpes sobre el empedrado de las calles de la plaza, y mi marido y yo corriendo detrás de ella con miedo de que pudiera dar un golpe a cualquiera, aunque la mayoría de los espectadores se reían a carcajadas al ver la escena, pero nosotros pasamos mucho apuro.
Cómo nos verían, que aquello dio mucho que hablar durante algún tiempo entre todos los vecinos, casi salimos en el NO-DO, pero, es que no fue para menos.
© Relato de Mª Dolores Aracil (alumna de T.E.C.A.), adaptado por María Serralba
© Relato de Mª Dolores Aracil (alumna de T.E.C.A.), adaptado por María Serralba
jueves, 7 de julio de 2016
En una profesión como la mía, el tener las miras puestas en todo es sumamente importante, de ahí que cualquier acontecimiento, por peculiar que sea, me resulte revelador y una posible trama de alguna de mis novelas.
Hace unos días era invitada a una Profesión de la Consagración de Vírgenes y automáticamente mi mente retrocedió cientos de años en la historia para hallar el origen de dicho rito que se remonta al siglo IV.
Para el que no lo sepa, la Profesión de la Consagración de Vírgenes (Ordo Consecrationis Virginum), es un ritual practicado por la Iglesia Católica en el cual, mujeres vírgenes, se preparan para recibir al Esposo, en este caso a Cristo, y prometen a él fidelidad y amor eterno. Hasta el s. IV, no precisaba ninguna celebración litúrgica, pero a partir del Edicto de Milán (313), donde la Iglesia adquiere un papel específico y una fisonomía jurídica en la sociedad civil, el status de las vírgenes consagradas también lo hace, organizándose e institucionalizándose, y solo admite su integración en él, mediante una ceremonia litúrgica.
La ceremonia suele ser sobria, presidida por el Obispo y con la asistencia de otras vírgenes ya consagradas, fieles y familiares de las profesandas.
Suele hacerse coincidir con alguna festividad, ya sea en los días de la octava de pascua, o bien en las solemnidades, especialmente dedicadas a la conmemoración de los misterios de la encarnación, en los domingos, en las fiestas de la Virgen María o en las fiestas de las santas vírgenes. En este ocasión se hizo coincidir con la Solemnidad de la Preciosísima Sangre de Cristo, que se celebra el 1 de Julio, y el encuentro tuvo lugar, como no podía ser de otra manera, en el mismo Convento de las Monjas de la Sangre, congregando a un gran número de fieles, familiares y amigos de las profesandas.
En esta ocasión las profesandas eran junioras de la Orden de las Canónigas Regulares Lateranenses de San Agustín, tal como me explicó muy amablemente Sor Pilar, todas ellas procedentes de las Islas Filipinas.
El desarrollo de la ceremonia fue como sigue:
- Canto de bienvenida al templo e impregnación de incienso purificador en el lugar donde se iba a celebrar el ritual.
- Rito de la aspersión del agua bendita, donde el obispo fue bendiciendo a todos los asistentes.
- Liturgia de la palabra, durante la cual se procedió a la lectura del Libro del profeta Oseas ( Os 2, 16,21-22)
- Salmo responsorial.
- Segunda lectura, en esta ocasión correspondió a la carta de los Hebreos (Hb 9, 11-15), y como peculiaridad se realizó en la lengua materna de las profesandas, el bisaya (familia que comprende 30 lenguas de la rama malayo-polinesa).
- Lectura de los Evangelios según San Juan (Jn 20 19-31)
Tras la Homilía, el señor Obispo, en nombre de la Iglesia, preguntó a las vírgenes:
—¿Queréis avanzar por el camino de la caridad perfecta, según el Evangelio y la Regla y Constituciones de las Canónigas Regulares Lateranenses de San Agustín?
—¿Deseáis dedicaros al culto divino como orantes de la Iglesia en una vida contemplativa?
—¿Queréis consagraros al Hijo de Dios y desposaros con El, y vivir en pobreza y obediencia a imitación de Jesucristo y de la Santísima Virgen?
Todas respondieron: "Sí, queremos"
Hubo muchos momentos entrañables, pero uno de los más impactantes fue este, en el que las junioras se postraron y todos los presentes nos arrodillamos para implorar la intercesión de los Santos. Una de las hermanas de la Orden, cuya identidad ocultó tras la clausura, fue la encargada de leer una lista interminable de Santos de la Iglesia, y ahí muchos nos dimos cuenta, de forma simbólica, del sacrificio físico que han de hacer los religiosos al permanecer tantas horas de rodillas orando, ¡la lista era interminable!
Y tras esto, llegaba otro de los momentos importantes, la Profesión en manos de la Priora de la Orden. Esta ceremonia está cargada de simbolismo, en este caso, el depositar las manos de las jóvenes entre las de la Priora significaba que se entregaban a la Sta. Madre Iglesia y la misma Madre es la que realiza una oración solemne para aceptar tal entrega y sellar la alianza esponsal convirtiendo a estas vírgenes en esposas de Jesucristo, por ministerio del Obispo.
Entre los varios actos que se realizan hasta culminar la ceremonia, está la entrega del velo a la desposada, que en este caso se omitió, y la del anillo, signo de consagración a Cristo Esposo, a fin de que un día puedan ser admitidas en las bodas de su Reino, que les fue entregado a cada hermana de manos del Obispo, todo ello en presencia de sus padrinos.
Aprovechando el tiempo destinado a la Comunión, las recién ordenadas solicitaron al Obispo la posibilidad de ausentar durante unos minutos a fin de ser felicitadas con un abrazo fraterno, del resto de las hermanas, entre las que estaban las de mayor edad de la Orden.
Artículo dedicado a Sor Pilar, Sor Angie, Sor Ruthchelle y Sor Nariza, y a todas las personas que consagran su vida para que otros creyentes puedan ser redimidos de sus pecados, gracias a la intercesión de ellas.
Artículo dedicado a Sor Pilar, Sor Angie, Sor Ruthchelle y Sor Nariza, y a todas las personas que consagran su vida para que otros creyentes puedan ser redimidos de sus pecados, gracias a la intercesión de ellas.
Parábola de las diez vírgenes
(Mateo 25 1-13)
1 Entonces el reino de los cielos será semejante a diez vírgenes que tomando sus lámparas, salieron a recibir al esposo.
2 Cinco de ellas eran prudentes y cinco insensatas.
3 Las insensatas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite;
4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
6 Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; salid a recibirle!
7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.
10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: !!Señor, señor, ábrenos!
12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
4 mas las prudentes tomaron aceite en sus vasijas, juntamente con sus lámparas.
5 Y tardándose el esposo, cabecearon todas y se durmieron.
6 Y a la medianoche se oyó un clamor: !!Aquí viene el esposo; salid a recibirle!
7 Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y arreglaron sus lámparas.
8 Y las insensatas dijeron a las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan.
9 Mas las prudentes respondieron diciendo: Para que no nos falte a nosotras y a vosotras, id más bien a los que venden, y comprad para vosotras mismas.
10 Pero mientras ellas iban a comprar, vino el esposo; y las que estaban preparadas entraron con él a las bodas; y se cerró la puerta.
11 Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: !!Señor, señor, ábrenos!
12 Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.
13 Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.
martes, 14 de junio de 2016
On 20:09:00 by María Serralba in Coachin Literario, Historias urbanas, InfoBlog, T.E.C.A. 1 comentario
Os ofrezco un escrito de una buena amiga y alumna de mi taller T.E.C.A. Muchas veces necesitamos expresar nuestros sentimientos más profundos y hay una herramienta que es magnífica para ello, la escritura, en esta ocasión se trata de una hermosa carta de despedida a un gran amor. Os invito a que la leáis.
CARTA DE DESPEDIDA
Entre tu casa y mi casa hay un muro de silencio, me lo has pedido tú, nadie debe saberlo. Yo se que tú me quieres, como se que yo te quiero, pero el muro cada vez es más alto y ya no puedo subirlo. Tu sabes como nos queremos aunque nadie pueda saberlo.
¡Hay que pena tener nuestro amor en silencio! De noche, cuando me acuesto, me quedo con tu recuerdo. Derrumbaría ese muro que separa nuestro sueño, tormento de mis tormentos, y te cubriría de besos hasta quedar sin aliento.
¿Te acuerdas de aquel pañuelo que perdiste?, aquí lo tengo. Miro tus iniciales grabadas y lo estrujo sobre mi pecho. ¿Te acuerdas? Quizá no, hace ya tanto tiempo... Es mi compañero del alma, siempre lo llevo metido en mi pecho. Yo se que no te puedo ver, el muro cada vez es mas alto y ya no puedo subirlo.
Se nos ha pasado el tiempo, ya somos muy viejos, pero tu corazón y el mío aún siguen latiendo. Con esta carta me despido, que sigas pensando conmigo, que yo te haré un rinconcito allá, en el cielo. Allí no hay muros que nos separen, estaremos siempre juntitos, tú me abrazarás y yo, te diré lo mucho que te quiero. Allí no hay paredes, el cielo es todo nuestro, no tengas prisa en subir, tenemos toda una eternidad para estar tú y yo juntitos. Adiós, mi amor. Adiós, mi cielo. Con estas lágrimas me despido. Hasta luego.
© Relato de Luisa Molina (alumna de T.E.C.A. 2016),
adaptado por María Serralba
domingo, 5 de junio de 2016
On 18:32:00 by María Serralba in AGENDA, Coachin Literario, InfoBlog, T.E.C.A., Ventana Cultural 1 comentario
Todo empezó con una idea unida a una ilusión y a un objetivo, para terminar convirtiéndose en una realidad. Una realidad enriquecedora sobre todo a nivel humano.
Cuando me asignaron para impartir este tipo de talleres, un tanto atípicos dado los tiempos que corren y más, teniendo en cuenta mi peculiar formación y manera de ser, creo que hicieron una apuesta por algo más que un "taller de escritura bonita", como lo calificaron algunas de las personas interesadas que en un principio llegaron a los centros a preguntar. Las expresiones creatividad y autodidacta no son algo nuevo pero quizá sí aplicado a la escritura.
El primer día he de confesaros que fue horroroso. Contaba con un buen material y tenía mi puesta en escena aprendida, pero los nervios seguían presentes cuando empecé a hablar a un nutrido grupo que tenía una ganas locas de acribillarme con preguntas de toda índole, sobre todo una que a todos les tenía en vilo: «María, ¿de qué va exactamente este taller?
Tras ese comienzo hubo días en los que el proyector dijo de no ir, con lo cuál la exposición en Power Point que tenía preparada se fue al garete y tuve que improvisar. En otros fue el ordenador, haciéndome quedar mal al quedarse la pantalla en negro, en resumen, más improvisación. De la noche a la mañana tuve que cambiar la técnica y en lugar de proyector, transmití las clases por cable HDMI en un mega televisor que hasta el momento lo único que había transmitido eran partidos de fútbol. Como veis un sin vivir constante. Pero todas esas chinitas en el camino lo único que hicieron fue, que me diera cuenta qué de todas ellas podía salir airosa simplemente por una razón, por que mis alumnas siempre estaban allí para apoyarme y animarme. Sus rostros reflejaban las ansias de conocimiento, sea cual fuese este, y yo disfrutaba alimentándoles esa codicia de saber. A la segunda semana mi deseo inicial de querer dar una patada al suelo y desaparecer bajo tierra, se esfumó, empecé a tomar conciencia de que allí podía hacer muchas más cosas que la mera labor docente de enseñarles a ser escritores y a escribir bien, y así lo hice.
Cuando me asignaron para impartir este tipo de talleres, un tanto atípicos dado los tiempos que corren y más, teniendo en cuenta mi peculiar formación y manera de ser, creo que hicieron una apuesta por algo más que un "taller de escritura bonita", como lo calificaron algunas de las personas interesadas que en un principio llegaron a los centros a preguntar. Las expresiones creatividad y autodidacta no son algo nuevo pero quizá sí aplicado a la escritura.
El primer día he de confesaros que fue horroroso. Contaba con un buen material y tenía mi puesta en escena aprendida, pero los nervios seguían presentes cuando empecé a hablar a un nutrido grupo que tenía una ganas locas de acribillarme con preguntas de toda índole, sobre todo una que a todos les tenía en vilo: «María, ¿de qué va exactamente este taller?
Tras ese comienzo hubo días en los que el proyector dijo de no ir, con lo cuál la exposición en Power Point que tenía preparada se fue al garete y tuve que improvisar. En otros fue el ordenador, haciéndome quedar mal al quedarse la pantalla en negro, en resumen, más improvisación. De la noche a la mañana tuve que cambiar la técnica y en lugar de proyector, transmití las clases por cable HDMI en un mega televisor que hasta el momento lo único que había transmitido eran partidos de fútbol. Como veis un sin vivir constante. Pero todas esas chinitas en el camino lo único que hicieron fue, que me diera cuenta qué de todas ellas podía salir airosa simplemente por una razón, por que mis alumnas siempre estaban allí para apoyarme y animarme. Sus rostros reflejaban las ansias de conocimiento, sea cual fuese este, y yo disfrutaba alimentándoles esa codicia de saber. A la segunda semana mi deseo inicial de querer dar una patada al suelo y desaparecer bajo tierra, se esfumó, empecé a tomar conciencia de que allí podía hacer muchas más cosas que la mera labor docente de enseñarles a ser escritores y a escribir bien, y así lo hice.
«La finalidad principal de Proyecto T.E.C.A. es, que todos los participantes den lo mejor de sí y descubran su auténtico potencial».
Ha pasado más de un año desde que escribí esta frase resumiendo mi labor, y os puedo asegurar que la realidad la ha superado con creces. De taller a taller hemos compartido vivencias, hemos celebrado onomásticas y mejorías tras operaciones delicadas. Hemos apoyado a compañeras ante situaciones incómodas en su día a día. Se han escrito cartas de deseos y algunos de estos, con la ayuda desinteresada de todas, se han hecho realidad. Se ha disfrutado de suculentos dulces siempre que ha habido ocasión, obedeciendo las palabras de Santa Teresa que decía así: "...cuando oración, oración, y cuando perdiz, perdiz...", y hemos tenido jornadas de abrazos cuando alguien llegaba con la moral por los suelos. Hemos hablado de Shakespeare, puesto nombre al cuervo de Edgar Aland Poe y analizado textos de Gustavo Adolfo Becquer, pasando por escritores nacionales e internacionales que más de uno ya habíamos leído. Resumiendo, una amalgama de emociones y vivencias que hacen especial lo que a simple vista parecía un taller ordinario.
El año que viene es probable que tenga otra oportunidad para ser testigo de cómo la pluma de T.E.C.A. vuelve a hacer magia entre los que asistan a ella. Estoy feliz de haber contribuido a realizar una gran labor, muy necesaria en una sociedad que cada día se decanta más por el individualismo, y agradezco nuevamente a la Concejalía de Acción Social del Ayto. de Alicante, y muy especialmente a la Animadora Sociocultural de los centros comunitarios y de mayores, Dalia Rosas, haber querido incluir PROYECTO T.E.C.A. como Actividad Cultural Innovadora 2015-2016 entre los numerosos talleres ofrecidos en estos.
El año que viene es probable que tenga otra oportunidad para ser testigo de cómo la pluma de T.E.C.A. vuelve a hacer magia entre los que asistan a ella. Estoy feliz de haber contribuido a realizar una gran labor, muy necesaria en una sociedad que cada día se decanta más por el individualismo, y agradezco nuevamente a la Concejalía de Acción Social del Ayto. de Alicante, y muy especialmente a la Animadora Sociocultural de los centros comunitarios y de mayores, Dalia Rosas, haber querido incluir PROYECTO T.E.C.A. como Actividad Cultural Innovadora 2015-2016 entre los numerosos talleres ofrecidos en estos.
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«Todo en la vida se puede llegar a lograr, tan solo es cuestión de TIEMPO, de DESEO, de ESFUERZO y siempre dotándolo con una generosa dosis de mucho AMOR». Da tiempo al Amor ©María Serralba
«Cuando la mente y el cuerpo están en perfecta sintonía, el ser humano es capaz de todo, y cuando esto no es así entonces... se puede esperar cualquier cosa de él». A la sombra de tu piel ©María Serralba
«En un mundo donde todo es sentimiento el sexo que tenga este carecerá de importancia». El Dios del faro ©María Serralba
«Todo el que se ensalza será humillado y el que se humille será ensalzado...». La estrella púrpura ©María Serralba
«Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro a mitad del camino». ©Sigmud Freud
«Sin los escritores, aun los actos más laudables son de un día». ©José Augusto Trinidad Martínez (Azorín)
«Un autor de historias fingidas escribe el libro que quiere leer y que no encuentra en ninguna parte». ©Augusto Roa Bastos
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