LOLA Y MARÍA, UNA CITA A CIEGAS

Está visto que los lunes suelen ser los días de la semana en que a uno, le cuesta un poco más ponerse en marcha, quizá por ese motivo he salido de casa con el firme propósito de que este, fuese un día diferente, y tanto que lo ha sido.

La luminosidad generosa que ofrecía un precioso sol primaveral, y que suele pasar desapercibida a los que somos alicantinos, por gozar de ella casi todos los meses del año, ha sido el lazarillo que ha guiado mis pasos hacia mi destino; acudir a un encuentro muy especial, una cita a ciegas con Lola.

A mi llegada, me esperaba una joven con semblante risueño y pose tranquila. Nada más verme, me ha saludado regalándome una espléndida sonrisa.

—¡Hola!, ¿eres María?

—Sí, soy yo, ¿y tú?, debes ser Lola, ¿verdad?

—Efectivamente, la que busca nueva imagen... ¡Jajaja! —Me ha confirmado, sonriendo una vez más—. Aunque hoy no estoy aquí por esa razón, más bien porque busco hacer realidad un sueño.

—¡Vaya!, qué casualidad, pues precisamente yo tengo también el mismo deseo. ¿Por qué no ponemos en común nuestros sueños y vemos si, entre las dos, podemos hacerlos realidad?

Tras mi sugerencia, Lola y yo, hemos hablado durante tres largas horas incansablemente de nuestras inquietudes, de todos esos sueños que ella, como adolescente, quería ver cumplidos y que yo, como adulta, veía que sin su ayuda, me podría resultar muy difícil llevarlos a la práctica, a pesar de mi mentalidad infantil y soñadora, y mis ganas de cambiar el mundo. «Yo creo que todo es posible», me ha comentado toda convencida, «siempre y cuando las dos andemos de la mano, María. Yo seré la fuerza y tú, la experiencia».

Entre sorbo y sorbo de leche y café con migajas de una suculenta tostada, las ideas han ido brotando como flores en un campo de amapolas. Nos hemos dado cuenta de que, a pesar de la diferencia de edad, Lola y María eran muy parecidas en muchos aspectos: ambas eran soñadoras, intrépidas, tenaces, impulsivas, solidarias, afables, organizativas, emprendedoras y amantes de la cultura y así, un larguísimo etcétera que nos ha hecho perder la barrera de no conocernos y la noción del tiempo transcurrido hasta adentrarnos en un camino de baldosas amarillas, al igual que en el país del Mago de Oz.

De nuestros delirios de palabras ha surgido, como resultado, el bosquejo de un gran proyecto, un sueño que a largo y corto plazo estamos decididas a que se convierta en un objetivo para muchos, un incentivo de seguir hacia delante para otros, y orgullo y satisfacción para nosotras.

Cuando hemos visto llegar a Marisa Caturla y a Priscila Morales, Presidenta y Secretaria respectivamente de la Asociación "LOLA BUSCA NUEVA IMAGEN", hemos sabido que era el momento de finalizar nuestro encuentro, aunque para entonces, las bases ya estaban establecidas a pesar de quedar  exhaustas de tanto compartir vivencias, pero ha valido la pena, sabemos que este encuentro ha sido solo el principio, el principio de una bonita y especial amistad.