viernes, 13 de septiembre de 2013
On 15:51:00 by MARÍA SERRALBA in MITCHIE SPACE 1 comentario
Capítulo 3º
Durante el tiempo de descanso hasta que tuviera la siguiente clase, me fui con Derek y Scoot al bar justo al lado de la Universidad a tomar unas cervezas y jugar al billar.
—Tío, me ha hecho mucha gracia lo que has dicho al entrar en la clase de arte -rio Scoot sacando el humo del cigarrillo que se estaba fumando por la nariz.
—Se lo tenía merecido el capullo ese por
suspenderme el año pasado –susurré concentrado en dar a la bola roja que estaba
a unos dos centímetros aproximadamente del agujero.
—Y la nueva, ¿la has visto? –dijo Derek en un
gruñido haciendo que dejara de mirar a la bola para mirarle fijamente con el
ceño fruncido.
—Ya te he advertido antes, men, aparta tus
manos de esa chica -sonreí y lance hacia dentro el palo, dando a la bola blanca
para que esta diera seguidamente a la roja metiéndose así perfectamente en el
agujero. Y todo eso, sin mirar.
—Joder, bro, ¿cómo coño has hecho eso? –dijo Scoot
asombrado con los ojos bien abiertos ante mi jugada magistral.
—Práctica, men –dije con aire de superioridad. En ese momento la puerta del bar se abrió de par en par haciendo el ruido chirriante que siempre hacía. Levanté la mirada viendo y ante mí apareció la silueta de una mujer.
"¡Joder!, este es mi puto día", me dije
interiormente a la vez que veía a la chica pararse en la barra y hablar con el
camarero.
—¡Hey!, man, ¡mira quién ha venido! –Derek
susurró pegándome un codazo mientras me hacía señas con la cabeza hacia la
chica. —¿Cómo puede vestirse de esa manera?, ¿es que no tiene sentido del ridículo?
–rió a carcajadas junto a Scoot. Yo, simplemente, me quedé mirándola fijamente
intentando darle forma a mi maravilloso plan.
—Bueno, espero que debajo de esa ropa, al
menos, tenga un buen cuerpo.
—Ni se te ocurra Scoot. –Quité inmediatamente
la mirada de la chica para lanzarla sobre los ojos de Scoot como dagas de fuego.
Él, solo guardó silencio ante mi mirada indicándome con ello que no lo volvería
a decir. Al volver mi mirada a la chica me fijé que ésta se había sentado a
unas dos mesas de donde me encontraba. Saco un libro de su cartera y se puso a
leer.
Pero que ¡mierdas!… ¡no me jodas que se va a
poner a leer! "Pedazo de bicho raro”, pensé,
y a los pocos segundos apareció un camarero joven entregándole una taza de café
con una tostada, esta, le sonrío en respuesta y el chico se marchó.
—¡Hey! Sí tú, feúcha –le grité, a lo que
ella levantó la mirada hacia mí-. ¿Te has escapado del circo?, porque no es
normal que una chica tan horrible como tú ande sola por las calles… Ya sabes, podrías
asustar a los niños. -En ese instante Derek y Scoot comenzaron a reírse
mientras yo solo sonreía. Ella simplemente pasó de mí, volviendo a posar sus
ojos sobre el libro, continuando así con la lectura.
— ¡Ohhhhh, que fuerte tío, ha pasado de ti
hasta el culo! –Gritó Derek asombrado mientras me daba palmaditas en el hombro.
Miré de nuevo a la chica fijamente intentando controlarme y no darle un
puñetazo en ese instante al gracioso de Derek, en lugar de ello, dejé el palo
de billar a un lado y me acerqué a su mesa quitándole el libro de las manos.
—Veamos qué es lo que lees. –Cerrándole el
libro me puse a leer el título de la portada. —¿Un paseo para recordar?... ¿de
qué va esta cursilada?, ¿de un chico que se enamora de una chica y viven
felices juntos para siempre? –le dije, comenzando a reírme mientras escuchaba a
los chicos a mis espaldas descojonarse de la risa desde la mesa de billar.
—Devuélvemelo, por favor. -Me dijo en un tono
casi inaudible a la vez que se levantaba plantándome cara. Vaya, el bicho raro tiene educación.
—Y si no quiero – le espeté con burla.
—A ver, chico, ¿qué es lo que quieres?, ¿un
pin por ser el capullo de turno?, ¿o prefieres, no se… ser el payasito número
uno de tu grupo? – me preguntó un tanto molesta, intentando quitarme mientras el
libro.
—Insultándome no ganas que te de tu precioso
libro, nena –le ironicé guiñándole el ojo-, pero ya que has preguntado sobre qué
es lo que quiero, la verdad es que prefiero otra cosa que un pin; tú, ya me
entiendes.
—¡Oh!, vamos hombre, seguro que la tienes muy
pequeña para dar placer. Lo mejor será que te las apañes tu solito…, ya me
entiendes –sonrió con burla para terminar bajando su mirada hacia abajo. Se me
ocurrió seguir su mirada y fue cuando me di cuenta, su mirada dirigía a mi
bragueta pero antes de que pudiera responder, me arrancó el libro de las manos,
terminó de beber su café de un sorbo, cogió su mochila y dejó el dinero de la
cuenta sobre la mesa saliendo de allí a toda prisa por la otra puerta, pero
antes de que la cerrara le respondí.
—De nada, ¡eh! –grité, en ese mismo momento
la puerta se cerró y todo el bar se quedó mirándome-. ¿Es que no tenéis otra
cosa que hacer? –les grité molesto a todos los alumnos que estaban allí.
Esta me la pagarás, feucha, cuando menos te lo
esperes...
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«La fuerza inagotable que anida en mi interior, es la fuente de la que se nutre mi perseverancia por ver hecho realidad mi único deseo». Leimotiv de ©María Serralba
«Todo en la vida se puede llegar a lograr, tan solo es cuestión de TIEMPO, de DESEO, de ESFUERZO y siempre dotándolo con una generosa dosis de mucho AMOR». Da tiempo al Amor ©María Serralba
«Cuando la mente y el cuerpo están en perfecta sintonía, el ser humano es capaz de todo, y cuando esto no es así entonces... se puede esperar cualquier cosa de él». A la sombra de tu piel ©María Serralba
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«Sin los escritores, aun los actos más laudables son de un día». ©José Augusto Trinidad Martínez (Azorín)
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Jajaja muy bien dicho!!! ajajaja le dejo a Justin con la boquita ceerrada jaja
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