sábado, 10 de noviembre de 2012
On 19:45:00 by MARÍA SERRALBA in InfoBlog, Publicaciones
Fotolitos |
En todos estos días me he dado cuenta, que el confeccionar un libro a la antigua usanza, tal y como lo hacen en AGUADO Impresores, es sumamente laborioso, por no decir también costoso.
Las impresiones digitales abaratan más el costo, está claro, pero nunca dan los resultados tan maravillosos y cuidados como las impresiones de offset, tal y como Paco Aguado está confeccionándome mi libro. Su destreza manual y sus años de manejo de este tipo de técnica lo han hecho posible.
Cuando casi estaba ultimado el trabajo de corrección, recuerdo que Paco Aguado me dijo: "antes de meterlo en máquina tendría que ver contigo algunos aspectos técnicos"; y yo que pensaba que con poner dos comas en su lugar ya había terminado todo, pues no, amigos, en realidad acababa de empezar mi tormento.
Ajuste de fotolito en cuadernillo |
Entre otras muchas puntializaciones, una de la más importantes era qué papel escoger. Para responder a esa simple pregunta, me pasé casi media mañana.
-¿La textura la prefieres rugosa o suave? -me preguntó Paco-. Y ¿el gramaje?, creo que el más adecuado sería uno intermedio -me dijo en tono profesional-, ni excesivamente grueso, pero tampoco demasiado fino. ¿Mate o con un poco de satín?...
Una vez salvado ese primer obstáculo me enfrenté a otro, elegir la tonalidad del mismo.
-El color garbanzo, imitando a rústico, suele quedar muy bonito en este estilo de encuadernaciones -me aconsejó con conocimiento de causa y yo, por supuesto, me dejé llevar.
Ya tenía dos cosas decididas pero todavía quedaba alguna más, el estilo y tamaño de letra. Creyendo que eso sería como coser y cantar le escuché, aunque he de seros sincera y deciros, que no le presté mucha atención ya que pensé, ¿que más da emplear una letra u otra?.
Pues sí, amigos, lo cierto es que es sumamente importante ya que dependiendo de la tipografía empleada, el lector se cansa más o menos en el trascurso de la lectura. Así que hemos elegido una redondilla, super cómoda, que os facilitará el leer mi libro de un solo tirón y decirme que escriba otro más.
Colocando sobre una base reglada un pliego de papel, Paco Aguado fue numerando, en 4 fases, cada una de aquellas parcelas haciéndolas coincidir con el número de cada página del libro, según me explicaría más tarde al ver mi cara de extrañeza.
-María, esto se hace con el fin de confeccionar al encuadernador un patrón de trabajo para así, no dar pie a posibles confusiones a la hora de su montaje.
Un gran número de aquellos pliegos en cuatro dobleces se fueron acumulando ante mis ojos hasta hacer un simulacro de libro. ¡Ya tenemos el patrón! -me dijo orgulloso Paco Aguado tras verme observar embobada su meticulosa obra.
Pliegos definitivos |
La rotativa, aquella misma mañana ya se había impregnado con retazos de mi historia, y como volátiles partículas, se esparcían invisibles por toda la imprenta hasta reposar sobre unos palés al otro extremo del taller.
-¡María!, ¡ven! -me dijo-, aquí está el primer capítulo impreso de tu novela.
Cuando escuché aquello no me lo podía creer, pero era cierto, ahí estaban refundidas todas las horas de trabajo, de imsomnio inducido y de minucioso análisis técnico de una historia adormecida esperando ver la luz y sobre todo, ser calificada por el ojo experto de lector.
¿Gustará?, ¿tendrá gancho?, ¿me habré pasado en la descriptiva? Cientos de preguntas como esa me vinieron de golpe a la mente causandome cierta desazón, pero Paco Aguado me tranquilizó con sus sabias palabras de que, todo, iba a salir perfecto, y yo le creí; al menos, lo que vieron mis ojos en aquel taller era precioso y, si el resto iba en consonancia, ¿qué más podía desear?
Ahora solo falta esperar a las labores de encuadernación y cruzar los dedos para que al día siguiente de la presentación, alguno de los asistentes me de su sincera opinión de qué le ha parecido mi novela tras su lectura, solo entonces, creo que podré dormir en paz, o en su defecto, continuar con la que tuve que dejar a medias para encargarme de todo esto...ja, ja, ja.
«La fuerza inagotable que anida en mi interior, es la fuente de la que se nutre mi perseverancia por ver hecho realidad mi único deseo». Leimotiv de ©María Serralba
«Todo en la vida se puede llegar a lograr, tan solo es cuestión de TIEMPO, de DESEO, de ESFUERZO y siempre dotándolo con una generosa dosis de mucho AMOR». Da tiempo al Amor ©María Serralba
«Cuando la mente y el cuerpo están en perfecta sintonía, el ser humano es capaz de todo, y cuando esto no es así entonces... se puede esperar cualquier cosa de él». A la sombra de tu piel ©María Serralba
«En un mundo donde todo es sentimiento el sexo que tenga este carecerá de importancia». El Dios del faro ©María Serralba
«Todo el que se ensalza será humillado y el que se humille será ensalzado...». La estrella púrpura ©María Serralba
«Si la inspiración no viene a mí salgo a su encuentro a mitad del camino». ©Sigmud Freud
«Sin los escritores, aun los actos más laudables son de un día». ©José Augusto Trinidad Martínez (Azorín)
«Un autor de historias fingidas escribe el libro que quiere leer y que no encuentra en ninguna parte». ©Augusto Roa Bastos
«Existe una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad o la energía atómica y es, la voluntad». ©Albert Einstein
«Las personas solo cambiamos de verdad, cuando nos damos cuenta de las consecuencias de no hacerlo». ©Mario Alonso Puig
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