REFLEXIÓN DE UNA PEREGRINA

18 de Noviembre del 2011,

10:30 h. de la mañana

Esa sería una fecha cualquiera en un calendario cualquiera a no ser, por que ese día, fue cuando acepté un reto, el hacer una novela interesante, en un tiempo record, y lo hubiese conseguido a no ser porque, dicha novela, empezó a envolverme, a mí y a otros muchos entre sus enrevesadas escenas, haciendo que cada capitulo que leía fuese, más y más intrigante, y me hiciese perder la pista de quién supuestamente en un inicio, había considerado como el culpable de todo lo que en ella acontecía.

Ahora, varios meses después -nueve, como un embarazo-, todavía estoy dándole forma, añadiendo secuencias, y dejándome arrastrar por el ímpetu y la fuerza desmedida de sus personajes, los mismos, que me toman del brazo y me retornan al principio cada vez que intento darle a esta fin; los mismos, que me hacen partícipe de todo lo que les va sucediendo como si fuese una amiga cercana; de sus pensamientos, y de la razón por la cual hacen o no alguna acción descabellada.

A LA SOMBRA DE TU PIEL, creo que se ha convertido para mi -como le decía hace poco a un buen amigo- en un peregrinaje íntimo y personal, como un Camino de Santiago pero forjado sobre losas de palabras en lugar de tierra y asfalto. En este caminar de tierra agreste y desconocida, solo lucen al sol los más aventajados, o los que han tenido un inesperado golpe de suerte, o los que, como yo, todavía la esperan como maná caído del cielo.

En este peregrinaje también he encontrado a muchos nuevos amigos, personas con una ilusión pareja a la mía que a pesar de no conocerme, me han ofrecido lo mejor de ellos mismos, valiosos minutos de su existencia, y que a mi deambular dando palos de ciego a diestro y siniestro, han respondido aportando su conocimiento para que ese caminar sin rumbo, se fuese encauzando y perfeccionando hasta lo que se está convirtiendo ahora, en un saber, con raciocinio profundo, de lo que realmente estoy haciendo. Ya no escribo por escribir, ni pongo palabras, una tras otra, buscándoles un cierto sentido aunque yo no lo sienta, ahora, todo ha cambiado, escribo para crear y sentir y eso, me lo han enseñado ellos, independientemente de que en mi interior poseyera la semilla que con dedicación y empeño, pudiese convertirse en un futuro en una preciosa y lucida espiga de trigo, pero sin todo ese apoyo, amor y cariño, nunca hubise sido posible este resurgir de la nada.

Sirva mi escrito pues, como lo que és, una reflexión de una peregrina que las  palabras, no solo le han servido para confección este libro, A LA SOMBRA DE TU PIEL, sino que también le han valido como guía en su avance de superación tanto profesional como personal.

©María Serralba